El cinturón ya no te cierra y algunas personas te miran con ternura (¡porque creen que estás embarazada!): tienes pancita y aunque por cortesía todos usan el diminutivo, la grasa abdominal no tiene nada de bueno.
«Una cintura grande aumenta tu riesgo de muchos problemas de salud: diabetes, enfermedad cardíaca, presión sanguínea alta y derrame cerebral», explica el Dr. Robert Eckel, presidente de la Asociación Americana del Corazón. Y lo peor del asunto: incluso las personas delgadas pueden tener grasa abdominal que solo se ve con resonancia magnética.
Cómo te daña la grasa abdominal
1. Colesterol y triglicéridos -> Resistencia a la insulina -> Diabetes: Cuando el exceso de ácidos grasos llega al hígado, desata una reacción en cadena: la producción de colesterol LDL (el «malo») y triglicéridos aumenta, la insulina se vuelve menos efectiva en controlar el azúcar en tu sangre y tu cuerpo comienza a hacerse resistente a la insulina. La grasa y los coágulos entran al torrente sanguíneo y todo se presta para que desarrolles diabetes, problemas de corazón y más enfermedades graves.
2. Cáncer en todo el cuerpo: el exceso de grasa en el cuerpo estimula el desarrollo de células cancerígenas, por lo que la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar cancer de seno, de útero, de cervix, de colon, de riñón y de pancreas.
3. Morir de una enfermedad cardiaca: tener panza y altos niveles de grasa en la sangre aumenta tu probabilidad de morir de un problema de corazón.
4. Problemas para embarazarte y pérdida de apetito sexual: si la panza de una mujer es más grande que sus caderas (es decir, tiene obesidad central), tendrá problemas de fertilidad y, como produce más estrógenos que el resto de las mujeres, no tendrá deseo sexual.
5. Piedras en la vesícula biliar: si tienes panza, tienes el doble de probabilidades de necesitar cirugía para eliminar piedras en la vesícula biliar.
Trabaja para solucionar el problema ya, aunque tu pancita sea poca. No esperes a que el problema sea más grave.
Fuente: http://www2.esmas.com/mujer
