Entre tantas responsabilidades y estrés, no tienes idea de cómo sobreviviste otro día –de vivir has dejado ya hace tiempo–. Necesitas, entonces, una transformación. Esta no caerá del cielo; para experimentarla, deberás cambiar tu perspectiva vital. ¿Cómo? Por medio de las estrategias que te sugeriremos a continuación.
#1 Silencio
El silencio significa mucho más que la “ausencia de sonido”. Es la puerta de entrada a tu interioridad y al contacto con la mejor versión de ti misma. Así que procura anclarte en él todos los días –aunque sea por algunos minutos–.
#2 Una cosa por vez
¿Sabías que tan solo un 2,5% de las personas tienen la habilidad de hacer dos cosas al mismo tiempo sin sacrificar la efectividad? Por tanto, será mejor que vayas paso a paso. De esta manera, te darás la posibilidad de disfrutar más del proceso y obtendrás mejores resultados. ¡Haz la prueba!
#3 ¿Esfuerzo?
“El esfuerzo es la clave del éxito”, dicen muchos. Y no hay duda de que esta actitud nos ayuda a superarnos día a día. Pero, hasta cierto punto: no será a través del esfuerzo que lograrás manifestar tu máximo potencial. Y es que el esfuerzo es netamente mental y tú eres mucho más que tu mente. Una vez que entres en contacto con tu yo interior (a través de la meditación) tu vida comenzará a fluir de otra manera y tú alcanzarás tus objetivos, sin agotamiento ni estrés de por medio.
#4 El cielo azul
Más allá de las nubes, el cielo siempre es azul. Pero, para apreciarlo, tendrás que elevarte sobre la nubosidad. La mente es igual: los pensamientos pueden nublar tu percepción de ti y del mundo. Ahora bien, si los identificas y logras ir más allá de ellos, descubrirás que tu paz interior no ha abdicado a su reinado. Eras tú quien había dejado de apreciarla.
#5 Meditación
Diversos estudios científicos han demostrado ya que la meditación potencia el bienestar, eleva las defensas, alivia el dolor, mejora la memoria, agudiza la atención y reduce la inflamación, la ansiedad y el estrés. Y, ¡estos son tan solo algunos de sus beneficios! Así que iníciate en el arte de la meditación; para empezar, con 10 minutos diarios será suficiente.
Tú tienes las riendas de tu vida. Esto es una gran responsabilidad, sí, pero también un hermoso privilegio. Entonces, lleva a la práctica estas estrategias y, ¡entrégate al disfrute! A fin de cuentas, no viniste aquí para sufrir.
Fuente: iMujer