La guerra contra el aumento de peso a veces parece una batalla perdida. Un minuto estás al tope de la carrera, llevando una alimentación saludable y un programa de ejercicios. Y al día siguiente, los antojos ganan y no puedes más que vencerte ante la comida chatarra, los dulces y el desánimo. En este sube y baja emocional viven muchas personas que pelean día a día la lucha contra bajar de peso.
Son varios factores los que nos llevan a este sube y baja tan poco sano. Y algunos de estos te pueden parecer inofensivos o actitudes que no pensabas que son las culpables de la pérdida de esta batalla. Lee aquí cuáles son los pitfalls mas comunes de las mujeres cuando luchan para perder peso.
Trampa #1: Limpiar el plato
Quizás tu madre o tu abuela te obligaba a hacerlo. Quizás te servían una doble ración. La verdad es que muchas fuimos criadas de manera que no comer lo que se tenía al frente, significa una falta de respeto para tu familia. Y ese patrón lo sigues aplicando cada vez que te sientas en la mesa y muchas veces, lo repites con tus hijos. Y si bien es bueno completar la comida y comer todos los nutrientes que necesitas para tener tu salud de manera óptima, comer por «limpiar» el plato (y muchas veces repetir) de manera casi automática te lleva a que no tengas una relación sana con la comida. Comes porque debes comer y no porque quieres. Y así estés llena, sigues comiendo.
Trampa #2: Trastorno del snack nocturno
Para muchas mujeres, ese pedacito de dulce, ese sandwich o galleta que necesitan comer antes de dormir se puede transformar en un trastorno de alimentación que hace que nunca cumpla sus objetivos de pérdida de peso. Los signos delsíndrome de comida nocturna incluyen no sentir hambre por la mañana, dificultad para conciliar el sueño, despertarse a mitad de la noche para comer, y una depresión que se intensifica durante el día.
Trampa #3 El atracón emocional
Muchas mujeres guardan una relación emocional con la comida, sea positiva o negativa. Es el refuerzo por actividades cumplidas o el consuelo por objetivos no logrados. Es también apoyo cuando las cosas van mal, en el trabajo, en la casa, en la relación. Y cuando las emociones, como el estrés, el dolor o el aburrimiento te atraen a la cocina, quedas atrapada en una trampa. Cuando comes emocionalmente, en ese momento te hace sentir mejor. Pero cuando se termina el helado, chocolate, caja de galletas o lo que sea, el sentimiento inicial vuelve a retomar y te hace sentir peor que antes. Esto hace que al rato vuelvas a recurrir a la comida para «callar» los sentimientos que te perturban.
Identificar estas tres trampas emocionales te ayudarán a mantenerte enfocada en tu meta final, bajar de peso. Toma nota de las cosas que estás haciendo para que puedas prevenir caer en este engaño con la comida.
Fuente: iMujer