Hasta el mediodía de ayer, en la morgue de Bello Monte habían sido registrados 210 cadáveres en lo que va de mes. En promedio, la medicatura ha recibido 12 cuerpos cada día, según informaron fuentes del Cicpc, de forma extraoficial.
El número 200 le correspondió al oficial agregado de Policaracas, César Cristóbal Monagas, de 45 años, quien fue llevado la tarde del miércoles a la morgue. Murió ese mismo día, producto de haber resultado herido de bala, la tarde del lunes en el sector de Lídice.
De acuerdo a lo que indicaron familiares, el efectivo estaba franco de servicio, y había almorzado en un restaurante de la zona. Cuando salió, llamó a su esposa y le dijo que pasaría por una farmacia a comprar pastillas para el dolor de cabeza. Cuando terminó su diligencia, caminó hasta su camioneta Toyota Autana.
En ese momento fue interceptado por tres sujetos. Uno se le puso de frente y los otros dos por la espalda. Lo dominaron a la fuerza y le quitaron el arma que llevaba. Con esa misma le dispararon tres veces: dos en el abdomen y en una mano. Los sujetos se fueron dejándolo gravemente herido en el piso. No le quitaron nada más.
Quienes lo auxiliaron, lo trasladaron hasta el hospital de Lídice donde lo operaron. Luego, el martes, lo trasladaron al Hospital Militar, donde falleció un día después. Sus parientes dijeron que estaba destacado en la comandancia del organismo, en la Cota 905. Desde hacía varias semanas lo mandaron a la calle a hacer patrullaje.
Tenía 18 años como funcionario y estaba planificando su retiro, pues estudiaba el último año de Derecho en la Universidad Santa María, y quería dedicarse a ello. Con su muerte, se elevó a siete el número de efectivos asesinados este año en la Gran Caracas.
Con vehículo prestado
A la morgue acudieron también los familiares de Gregory Alejandro Aguilar, de 24 años.
Al muchacho lo mataron la noche del martes. No saben la causa exacta, pero explicaron que le robaron un vehículo Chevrolet Corsa que le habían prestado para trabajar como taxista. Ese día hizo contacto por última vez, vía mensajes de chat, con su novia. Le dijo que estaba en una estación de gasolina en Catia La Mar. Eran como las once de la noche.
Desde ese momento no supieron más nada, hasta que lo encontraron muerto en la morgue. Su madre, Guillermina Aguilar, dijo que tenía carro propio, pero estaba accidentado. Por ello, un vecino le prestó el Corsa para que trabajara.
El Universal