Posted on: abril 21st, 2019 by Laura Espinoza No Comments
Asistió a un servicio religioso en la capilla gótica de San Jorge, dentro del Castillo de Windsor. Tampoco acudió su marido
La reina Isabel II cumple este domingo 93 años, una fecha que la soberana británica celebra en la intimidad junto con su familia, pues pospone al mes de junio las celebraciones oficiales. Al coincidir el cumpleaños de la monarca con el Domingo de Resurrección, Isabel II asistió hoy a un servicio religioso que duró una hora en la capilla gótica de San Jorge, dentro del Castillo de Windsor.
Allí la Reina se encontró con otros miembros de la familia real británica, entre ellos los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, el duque de Sussex, Enrique, la princesa Ana y Zara y Mike Tindall.
No acompañó a Isabel II su esposo, el duque de Edimburgo, ni tampoco estuvo durante el servicio la esposa del príncipe Enrique, Meghan, quien no acudió debido a su avanzado estado de gestación.
Se espera que la duquesa de Sussex salga de cuentas en cualquier momento y dé a luz al que será el primer bebé para el matrimonio. Isabel II acudió a la capilla ataviada con un abrigo en tonos verde menta, a juego con un sobrero decorado con un lazo de color rosa.
Nacida el 21 de abril de 1926, la reina acostumbra a celebrar su cumpleaños dos veces: el día equivalente al que nació y, después, en una ceremonia oficial el segundo sábado del mes de junio, marcada por el célebre desfile militar por el centro de Londres conocido como «Trooping the color». Isabel II, la monarca y jefa del Estado viva con más años de reinado, lleva 67 años en el trono y se ha convertido en la primera soberana británica en alcanzar el llamado Jubileo de Zafiro.
Posted on: abril 21st, 2019 by Laura Espinoza No Comments
El Sumo Pontífice lamentó la situación de «tanta gente privada de condiciones mínimas para una vida digna y segura, a causa de una crisis que perdura y se profundiza», en la misa por el Domingo de Resurrección
El Papa, en la misa de Pascua (Reuters)
El papa Francisco urgió este domingo a los líderes políticos de Venezuela a que pongan fin «a las injusticias sociales, a los abusos y a la violencia, en el marco de una «crisis que perdura y se profundiza».
El líder católico realizó estas reflexiones en su mensaje de Pascua de este Domingo de Resurrección, en el que pidió que «quienes tienen responsabilidades políticas» en Venezuela que trabajen para tomar medidas concretas que permitan «sanar las divisiones y dar a la población la ayuda que necesita».
En ese sentido, lamentó la situación de «tanta gente privada de condiciones mínimas para una vida digna y segura, a causa de una crisis que perdura y se profundiza». Por ello, exhortó a llevar adelante esfuerzos para «poner fin a la injusticia social, al abuso y la violencia».
(Reuters)
Además, se refirió a la crisis política que vive Nicaragua. «Que el Señor resucitado ilumine los esfuerzos que se están realizando en Nicaragua para encontrar lo antes posible una solución pacífica y negociada en beneficio de todos los nicaragüenses», añadió, desde la logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano.
El pontífice ofreció su mensaje de Pascua desde la logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano y lo centró en la importancia de garantizar la paz en el mundo, con menciones a la guerra en Siria, las tensiones en Medio Oriente y la incertidumbre en países africanos.
La plaza de San Pedro quedó decorada con miles de flores procedentes de Holanda, tal y como se hace desde 1985, año en el que un florista holandés decidió realizar esta ofrenda floral al Vaticano cada Domingo de Resurrección.
La relación entre Francisco y Nicolás Maduro
El Vaticano ha mostrado en repetidas ocasiones su disposición a mediar entre el régimen chavista y la oposición. Sin embargo, en una carta enviada en febrero, Francisco reclamó a Maduro que «lo que se acordó en las reuniones no fue seguido por acciones concretas», luego de haber recibido un nuevo pedido de acompañamiento al diálogo. También fue muy comentado un detalle de la carta: en lugar de referirse al líder como «presidente», lo trató de «excelentísimo señor».
Por su parte, Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, ha planteado a Francisco que «haga ver» a Maduro la necesidad de «ir hacia un proceso de transición ordenada que estabilice al país».
Posted on: abril 21st, 2019 by Laura Espinoza No Comments
Reuters
Al menos 200 personas, entre ellas 35 extranjeros, murieron y centenas resultaron heridas este domingo en atentados contra tres iglesias que celebraban la misa de Pascua y cuatro hoteles de lujo en Sri Lanka.
Inicialmente se había informado de 138 muertos y 400 heridos, sin embargo, con el pasar de las horas el balance de fallecidos aumentó.
Ante la gravedad de la situación, el gobierno ordenó un toque de queda de duración indeterminada que entró en vigor este domingo y el bloque temporario de las redes sociales.
El balance de los atentados podría agravarse pues se registraron más de 300 heridos en estos ataques de una violencia inusual, que todavía no fueron reivindicados.
Se trata del episodio más violento ocurrido en el país desde el fin de la guerra civil, hace una década.
Fuentes médicas indicaron que entre los 160 fallecidos se encontraban ciudadanos británicos, holandeses y estadounidenses. Además entre los heridos figuran británicos y japoneses. Un portugués también falleció, según la agencia de noticias portuguesa LUSA.
Por la mañana, en Colombo, se produjeron ataques en tres hoteles de lujo y en una iglesia que causaron al menos 64 muertos, según una fuente policial.
Por la tarde, al menos dos personas murieron en una nueva explosión en un cuarto hotel, situado en Dehiwala, en la periferia sur de la capital. En Orugodawatta, al norte de Colombo, un kamikaze se inmoló en un edificio y mató a tres policías, según la policía.
En Negombo, al norte de la capital, 67 personas perdieron la vida en una iglesia y otras 25, en una iglesia de Batticaloa, en el este de la isla.
“Ataques cobardes”
En un video filmado en una de las iglesias atacadas se veían numerosos cuerpos descuartizados por el suelo, lleno de escombros y de sangre. La explosión fue tan fuerte que provocó el desprendimiento de parte del techo.
El primer ministro esrilanqués Ranil Wickremesinghe calificó los ataques de “cobardes” e hizo un llamado por la unidad del país.
El jefe de la policía de Sri Lanka, Pujuth Jayasundara, alertó hace diez días en una nota a los oficiales de alto rango de que un grupo musulmán radical planeaba ataques suicidas contra “iglesias importantes”.
“Una agencia de inteligencia extranjera ha señalado que el NTJ (National Thowheeth Jama’ath) planea llevar a cabo ataques suicidas contra iglesias importantes así como la embajada india en Colombo”, señaló la alerta, vista por la AFP.
El NTJ es un grupo musulmán radical de Sri Lanka que se dio a conocer el año pasado cuando fue implicado en actos vandálicos contra estatuas budistas.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Mangala Samaraweera, tuiteó por su parte que los ataques habían matado a “numerosos inocentes” y parecían “un intento coordinado para provocar asesinatos, caos y anarquía”.
En un día tan especial para los católicos, el papa Francisco expresó dirigiéndose a los fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano su “tristeza” y se declaró cerca de “todas las víctimas de una violencia tan cruel”.
Por su parte, la Unión Europea condenó los ataques y afirmó estar dispuesta a ayudar al país. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, afirmó que los ataques fueron “actos contra todas las creendcias y confesiones”.
“Escenas horribles”
Las primeras explosiones que se registraron tuvieron lugar en la iglesia de San Antonio, en la capital, y en la iglesia San Sebastían de Negombo.
“Atentado contra nuestra iglesia, por favor, vengan a ayudarnos si familiares suyos se encuentran aquí”, publicó la iglesia de San Sebastián en su página Facebook.
En un primer momento, la policía precisó que se habían producido explosiones en seis lugares por la mañana, sobre todo en la capital, donde tres hoteles de lujo y una iglesia fueron atacados. Un séptimo atentado tuvo lugar por la tarde.
Al menos, una de las víctimas falleció en el Cinnamon Grand Hotel de Colombo, ubicado cerca de la residencia oficial del primer ministro, indicó a la AFP un responsable de este establecimiento.
En el hotel Shangri-La, situado cerca de allí, un fotógrafo de la AFP constató importantes daños en un restaurante del segundo piso, con las ventanas destruidas y los cables colgando del techo.
El ministro de Reformas Económicas, Harsha de Silva, dio cuenta en Twitter de “escenas horribles” en la iglesia de San Antonio y en dos de los hoteles atacados, que visitó.
“Vi fragmentos de cuerpos desperdigados por todas partes”, tuiteó, añadiendo que había “muchas víctimas, incluyendo extranjeros”.
Sri Lanka, con una población de 21 millones de habitantes, es un país mayoritariamente budista que cuenta con unos 1,2 millones de católicos.
Junto al 70% de budistas, los hinduistas representan un 12%, los musulmanes un 10% y los cristianos un 7%.
Los católicos son percibidos como una fuerza unificadora ya que tienen adeptos tanto entre los tamiles como los cingaleses.
Sin embargo, algunos cristianos son mal vistos porque apoyan las investigaciones exteriores sobre los crímenes presuntamente cometidos por las fuerzas armadas contra los tamiles durante la guerra que culminó en 2009.
Según la Organización de Naciones Unidas, el conflicto de 1972 a 2009 dejó entre 80.000 y 100.000 muertos.
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El Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.
Nos dice San Pablo: «Aquel que ha resucitado a Jesucristo devolverá asimismo la vida a nuestros cuerpos mortales». No se puede comprender ni explicar la grandeza de las Pascuas cristianas sin evocar la Pascua Judía, que Israel festejaba, y que los judíos festejan todavía, como lo festejaron los hebreos hace tres mil años, la víspera de su partida de Egipto, por orden de Moisés.
El mismo Jesús celebró la Pascua todos los años durante su vida terrena, según el ritual en vigor entre el pueblo de Dios, hasta el último año de su vida, en cuya Pascua tuvo efecto la cena y la institución de la Eucaristía. Cristo, al celebrar la Pascua en la Cena, dio a la conmemoración tradicional de la liberación del pueblo judío un sentido nuevo y mucho más amplio.
No es a un pueblo, una nación aislada a quien Él libera sino al mundo entero, al que prepara para el Reino de los Cielos. Las pascuas cristianas –llenas de profundas simbologías– celebran la protección que Cristo no ha cesado ni cesará de dispensar a la Iglesia hasta que Él abra las puertas de la Jerusalén celestial. La fiesta de Pascua es, ante todo la representación del acontecimiento clave de la humanidad, la Resurrección de Jesús después de su muerte consentida por Él para el rescate y la rehabilitación del hombre caído.
Este acontecimiento es un hecho histórico innegable. Además de que todos los evangelistas lo han referido, San Pablo lo confirma como el historiador que se apoya, no solamente en pruebas, sino en testimonios. Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande. ¿Cómo no alegrarse por la victoria de Aquel que tan injustamente fue condenado a la pasión más terrible y a la muerte en la cruz?, ¿por la victoria de Aquel que anteriormente fue flagelado, abofeteado, ensuciado con salivazos, con tanta inhumana crueldad?
Este es el día de la esperanza universal, el día en que en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal. ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi vocación y misión cristiana?, ¿la vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me alienta en esta vida?, son preguntas que cabe preguntarse. El mensaje redentor de la Pascua no es otra cosa que la purificación total del hombre, la liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos; purificación que , aunque implica una fase de limpieza y saneamiento interior, sin embargo se realiza de manera positiva con dones de plenitud, como es la iluminación del Espíritu , la vitalización del ser por una vida nueva, que desborda gozo y paz –suma de todos los bienes mesiánicos–, en una palabra, la presencia del Señor resucitado. San Pablo lo expresó con incontenible emoción en este texto : «Si habéis resucitado con Cristo vuestra vida, entonces os manifestaréis gloriosos con Él» (Col. 3 1-