Una película española pero dirigida por un iraní, Asghar Farhadi, y que inaugura hoy el Festival de Cannes es la que ha hecho que Javier Bardem haya regresado al cine en español, algo que el actor se toma con humor pero con una cierta añoranza, como señaló hoy a EFE
«Hace falta que vengan los directores extranjeros, de fuera, como Iñárritu, Woody Allen, o un iraní, como Farhadi, para que me hagan hablar español. ¡A ver si algún día me llama un director español!», reclamó Bardem ante las risas de su compañera de reparto, Bárbara Lennie.
Desde «Mar adentro», recuerda el actor, «no he hecho una película en español con un director español» y el filme de Alejandro Amenábar es del año 2004.
Bardem lee cosas que le interesan, pero los proyectos «se hacen y deshacen con una facilidad pavorosa», por lo que de momento no tiene ningún proyecto en perspectiva más en español que el filme de Farhadi, que protagoniza junto a Penélope Cruz y rodeado de un amplio elenco en el que están Ricardo Darín, Bárbara Lennie, Eduard Fernández o Elvira Mínguez.
Una historia de relaciones humanas y familiares con tintes de thriller y que sorprende por la profunda comprensión de la cultura española que demuestra el director iraní.
«Es increíble, es muy valiente por su parte el atreverse a hacer eso y lo ha hecho porque reconoce el lenguaje dramático más que el lenguaje verbal y sabe exactamente cuándo un actor o cuándo una historia está funcionando de una manera orgánica más allá de las palabras», explica Bardem, con el mar de fondo, pocas horas antes de que su película abra oficialmente la 71 edición de Cannes.
Penélope Cruz se muestra totalmente de acuerdo con su compañero de reparto. «Asghar es un director muy especial, que no para de hacer preguntas, que tienen mucha humildad» y eso hace que el espectador siga la historia sin plantearse si la ha hecho un realizador iraní o español.
«Es una historia que transcurre en España, que es creíble y que está libre de clichés», afirma convencida la actriz, mientras que Darín considera que lo primero que impresiona e impacta es «cómo alguien de una cultura totalmente distinta puede sumergirse en otra y recrear la intimidad de una familia, de una comunidad, con tanta precisión».
Y Lennie considera «realmente sorprendente ser dirigido por alguien que a priori está tan lejos de tu idiosincrasia y de tu idioma y que sea así de fino con sus directrices y con su percepción».
Tiene que ver, agrega, con que el trabajo de Farhadi trasciende el idioma y que tiene que ver «con la comunicación y lo humano».
Son los elementos principales del cine de un director que ha conquistado dos Óscar, por «A Separation» y por «The Salesman».
Ahora, se ha metido en una producción española, situada en un pueblo de Castilla, y en la que continúa con sus historias familiares, un universo que en realidad es un pretexto, como explica el realizador a Efe, con quien habla en farsi con traducctor y ha dirigido a los actores en inglés.
«Es un terreno que me permite explorar las relaciones de los miembros de la familia y toda la profundidad del ser humano. Es como un mar sin fondo y siempre se pueden encontrar aspectos interesantes que explorar. En realidad es una reflexión más amplia de la sociedad a través de la microsociedad que es la familia», ahonda Farhadi.
Sus películas, apunta Cruz, no cambian el mundo, «pero aportan algo». «Para mí, el cine de Asghar aporta luz, no es un director normal, tiene algo muy especial», señala la actriz, sobre cuyas espaldas recae todo el peso dramático de la historia de una madre que se enfrenta al peligro que acecha a su hija.
Una madre que pasa por fases de ansiedad, depresión, agotamiento o desesperanza, unos estados de ánimos en los que la actriz buscaba la verdad que le demandaba el director.
Y esa búsqueda de la verdad, como reconocieron los actores, se consiguió con un trabajo muy intenso, que empezó por el conocimiento de la historia pasada de los personajes para saber el nivel relacional entre ellos en el momento en el que empieza la historia.
«Asghar es muy exigente, es un director que te exige una especie de entrega religiosa a lo que estas haciendo, un nivel de implicación en el trabajo que no es muy habitual de encontrar», relató Lennie.
Por ello y pese a la dureza de un rodaje más largo de lo habitual, si en algo coinciden los actores, es en el privilegio de haber trabajado con un realizador como Farhadi.
«Tiene las ideas muy claras», dice Lennie; «ha sido un auténtico placer trabajar con él», en opinión de Cruz, que lo califica de «brillante»; «es muy riguroso, muy estudioso y un profesional increíble», en palabras de Darín. Y Bardem agradece haber estado «bien protegido» por alguien que sabe y reconoce «el valor del trabajo de un actor». EFE