Ingredientes (para 10-12 personas):
Para la masa:
225ml de leche
450g de harina
1 cucharadita de café de sal (1 teaspoon)
55g de mantequilla a temperatura ambiente + extra para engrasar el molde
55g de azúcar
20g de levadura fresca (de la que venden en cubitos y se guarda en la nevera)
1 huevo, a temperatura ambiente
Un chorrito de aceite de oliva
Para el relleno:
50g de mantequilla
150g de azúcar (Joy le pone 200g y dice que no nos asustemos, pero a mi me pareció demasiado y me le puse sólo 150…)
2 cucharaditas de café de canela en polvo (2 teaspoons)
Un buen pellizco de nuez moscada en polvo (1/4 teaspoons)
Preparación:
De la masa:
Calentar la leche en un cazo pequeño hasta que empiece a salir vapor (pero que no llegue a hervir). Retirar del fuego y dejar enfriar hasta que esté a unos 37°C (al meter el dedo, no se tiene que notar ni fría ni caliente). En cuanto se haya enfriado un poco, retirar la capa de nata que se forma en la superficie. Reservar.
En un bol grande (el del robot de cocina, si se va a usar) tamizar casi toda la harina (yo reservé unos 40 gramos) y la sal.
Añadir la mantequilla e incorporarla a la harina con los dedos, hasta que se haya distribuído bien.
Añadir el azúcar.
Hacer un hueco en el medio del bol.
Mezclar la levadura con dos cucharadas de leche y desleír bien. Añadir al hueco que se ha hecho en la harina.
Añadir el huevo y el resto de la leche y empezar a mezclar hasta que quede una masa suave pero no muy pegajosa. Si veis que todavía se pega mucho, añadir parte de la harina reservada.
Amasar durante 6 minutos con el robot (con las herramientas de amasar) o 10 minutos si lo hacéis a mano, hasta que quede una masa bien homogénea y brillante.
Engrasar un bol grande con un poco de aceite de oliva. Verter la masa y darle un par de vueltas para que la superficie se recubra del aceite.
Espolvorear un poco de la harina restante (o un poco extra si la utilizasteis toda) sobre la masa.
Cubrir con un paño de cocina limpio y dejar reposar (en un lugar donde no haya corrientes de aire) durante más o menos una hora y media, hasta que la masa haya doblado su volumen.
Del relleno:
Cuando queden unos 30 minutos de levado, poner la mantequilla en un cazo pequeño y derretirla a fuego lento, hasta que haga espuma y tome un poco de color marrón. Reservar.
En un bol, mezclar el azúcar, la canela y la nuez moscada.
Engrasar un molde de cake de 24×10.5cm de base con un poco de mantequilla. Vuestro molde debería tener unas dimensiones parecidas para que el pan quede bien.
Cuando la masa haya doblado su volumen, transferirla a una superficie enharinada y estirarla con el rodillo, formando un rectángulo (lo mejor que se pueda – los míos siempre se quedan más bien en paralelepípedos 😉 ). La masa es muy elástica, así que no deberíais tener ningún problema para estirarla hasta unos 2-3 mm de grosor.
Pintar con la mantequilla fundida anteriormente y espolvorear la mezcla azúcar-canela-nuez moscada.
Cortar verticalmente en 6 tiras. Para que queden más o menos del mismo grosor, lo más fácil es cortar primero por la mitad y luego dividir cada mitad en 3.
Apilar las 6 tiras. Al levantar la masa, ésta se estirará y puede que os quede un pelín más larga que la de abajo. Podéis plegarla un poco por el centro para que no sobresalga mucho por los extremos. Ah, también puede que caiga parte del azúcar por el camino. No os preocupéis, lo recuperaremos luego 😉
Cortar la pila de masa en 6 partes. Igual que en el paso anterior, es más fácil si se corta primero la tira por la mitad y luego cada mitad en 3 partes.
Transferir cada uno de los montoncitos de masa al molde, colocándolos de manera vertical y sujetando siempre los que ya están en el molde para que no se desparramen mucho. Cuanto más rápido hagáis estos pasos, más fácil será que la masa aguante verticalmente.
Si cayó mucho azúcar en la superficie de trabajo, podéis recuperarlo y espolvorearlo sobre el pan.
Cubrir el molde con un paño de cocina limpio (el mismo que habéis utilizado para el levado anterior servirá) y dejar reposar la masa unos 30 minutos en un lugar sin corrientes de aire.
Hornear en un horno precalentado a 190°C durante 35-40 minutos, hasta que la parte superior esté bien tostada. A mitad de la cocción, cubrir con papel de aluminio para que no se queme la superficie.
Dejar enfriar dentro del molde sobre una rejilla para que las capas de pan se junten bien.
Desmoldar con cuidado una vez esté totalmente frío.
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Por Confirmado: Oriana Campos