Formalmente su objetivo puede parecer irreprochable: la prohibición total del desarrollo, almacenamiento o la amenaza del uso de armas nucleares.
Además, fue respaldado con el voto favorable de 122 países de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Sin embargo, al Tratado de la ONU para la Prohibición de Armas Nucleares le faltó el apoyo de los países que tienen bajo su control, precisamente, las bombas nucleares.
Los gobiernos de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel -los únicos que tienen la tecnología para el uso de la energía nuclear con fines bélicos- no participaron ni en las negociaciones ni en la votación de este nuevo acuerdo internacional, aprobado la semana pasada en la sede de la ONU en Nueva York.
Y al no ser partes firmantes de este tratado, estos países no estarán sometidos a las regulaciones establecidas en el mismo.
La aprobación del texto incluso fue boicoteada por Japón, el único país del mundo que ha sufrido ataques con armas nucleares.
También por la mayor parte de los países miembros del Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con la excepción de los Países Bajos, que sí acudió a la votación y fue, de hecho, el único voto en contra.
También hubo una abstención: Singapur.
Lento desarme
Pese a todo, activistas que trabajaron en la negociación afirman que el hecho de que los estados poseedores de armas nucleares no hayan participado en el proceso o apoyado su aprobación no hace que el mismo sea irrelevante.
«Este tratado realmente fue una iniciativa de países que no tienen armas nucleares y que han rechazado considerarlas como una fuente potencial de seguridad, para hacer algo sobre esta situación», dijo Ray Acheson, de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, quien fue una de las personas que ayudó a negociar el acuerdo.
«Crear normas a través de la legislación ha sido una práctica extremadamente exitosa para cambiar la forma en que los estados consideran y utilizan las bombas racimo y las minas antipersona, por ejemplo. Esperamos que esto sea una suerte de ruta indirecta para construir una cultura en contra de las armas nucleares y que realmente podamos tener un impacto sobre estas en el futuro», agregó.
Tras la aprobación del texto, Estados Unidos, Reino Unido y Francia manifestaron su rechazo a la misma y anunciaron que no tienen intención de apoyarla en el futuro.
«Esta iniciativa ignora claramente las realidades del contexto de seguridad internacional. Este tratado no ofrece soluciones para el grave problema que representa el programa nuclear de Corea del Norte, ni responde a los demás desafíos de seguridad que hacen necesaria la disuasión nuclear», dijeron los embajadores de esos tres países ante la ONU en un comunicado conjunto.
La semana pasada, Corea del Norte logró un avance preocupante en su búsqueda para desarrollar armas nucleares, cuando probó su primer misil balístico intercontinental.
Las potencias nucleares argumentan que sus arsenales tienen un efecto disuasorio de un posible ataque nuclear y aseguran que siguen comprometidos con el enfoque gradual hacia el desarme establecido en el Tratado de No Proliferación de Armamento Nuclear (NPT, por sus siglas en inglés).
Este instrumento legal, que entró en vigor en 1970, busca evitar la propagación de armas nucleares, pero también compromete a los estados poseedores de las mismas a reducir sus arsenales.
Sin embargo, el lento ritmo de este desarme ha hecho crecer la impaciencia entre muchos estados que no tienen bombas atómicas y que están preocupados por la posibilidad de que estas armas de destrucción masiva caigan en las manos equivocadas.
«Estamos asumiendo que el único propósito de estas armas es no ser usadas nunca. Sin embargo, sabemos que hay muchas fallas humanas así como errores de cálculo. No creo que debamos contar en seguir apegados a esa asunción eternamente», señaló Acheson.
Deslegitimar las armas nucleares
Encabezados por Austria, Brasil, México, Sudáfrica y Nueva Zelanda, 141 países participaron en la elaboración del tratado con la esperanza de que su aprobación aumente la presión sobre los estados con bombas atómicas para que se tomen el desarme con mayor seriedad.
Irlanda, Suecia y Suiza votaron en favor de la norma, al igual que países como Irán, Irak, Egipto, Kazajistán y muchos países de África y de América Latina.
«Hemos logrado sembrar las primeras semillas para un mundo libre de armas nucleares», dijo Elayne Whyte Gómez, embajadora de Costa Rica ante la ONU y presidenta de la conferencia que negoció el tratado.
El Comité Internacional de la Cruz Roja celebró la aprobación del instrumento legal como «un paso histórico hacia la deslegitimación» de las armas atómicas y declaró su adopción como «una victoria importante para la humanidad».
El secretario general de la ONU, António Guterres, también acogió con beneplácito la aprobación del texto que, en su opinión, refleja la creciente «conciencia sobre las consecuencias catastróficas» de una guerra nuclear.
Los activistas a favor del desarme consideran que este nuevo tratado aumentará el estigma asociado con las armas atómicas y tendrá un impacto en la opinión pública.
«Lo clave es que esto cambia el panorama jurídico. Impide que los estados con armamento nuclear puedan ocultarse detrás del argumento de que no son ilegales», señaló Richard Moyes, director de Article 36, una ONG con sede en Reino Unido.
«No hay duda de que las armas nucleares violan las leyes de la guerra y que representan un peligro evidente a la seguridad global», afirmó Beatrice Fihn, directora de la ONG Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares.
El nuevo tratado estará disponible para ser firmado a partir del 20 de septiembre próximo y entrará en vigor cuando haya sido ratificado por, al menos, 50 países.
Fuente: BBC Mundo
Por Confirmado: David Gallardo