Un masaje debe tener la intención de tranquilizar, relajar, estimular o sencillamente mimar. En esta última categoría podrían incluirse los masajes eróticos que sugerimos hoy. Para que los masajes sean divinos y efectivos siga estos consejos.
Consejos para masajes eróticos en pareja
– Tomarse el trabajo de preparar adecuadamente la escena: un lugar acogedor e íntimo, una iluminación tenue, velas aromáticas, música de fondo, una hora en la que no te interrumpan, una cama no demasiado blanda o sencillamente el piso con los cojines necesarios.
– Conocer al dedillo el cuerpo de tu amante, no sólo para que el masaje sea efectivo, sino para que disfrutes. Verificar que sabes y puedes estimular y dar el masaje justo donde debes hacerlo.
– Estar cómodos y los dos desnudos.
– Tener las manos tibias y, de vez en cuando, dejarles caer algunas gotitas de un aceite con beneficios eróticos.
– Estar dispuesta a alternar las funciones de dar y recibir el masaje. Disfrutar de ambas al máximo. En el momento de dar placer, concéntrate; cuando te toque recibir, goza cada segundo.
– Comenzar la sesión con un masaje exploratorio y suave por todo el cuerpo, dejando para el final los genitales, pechos y zonas más erógenas. De otra forma es muy probable que precipites el coito final y pierdas el propósito original de alimentar el erotismo, ese preámbulo al sexo que multiplica infinitamente el placer.
– Incluir, además de las suaves y sensuales caricias, otros estímulos como besar, lamer, soplar y palpar el cuerpo de tu pareja con el pecho o el cabello. Puedes dar rienda suelta a tu creatividad e imaginación y usar plumas, telas y otras texturas suaves para friccionar la piel.
– Usar el aceite potencialmente erótico también para masajear los genitales, eso eleva la sensación de placer y evita molestias.
– La espalda puede ser un excelente comienzo, y particularmente acariciar los costados y la zona encima de los glúteos. Estos mimos pueden ir acompañados de susurros eróticos al oído.
– Acariciar el cuero cabelludo, con movimientos circulares y envolventes estimula las fantasías sexuales que el cerebro genera.
– Rozar suavemente las orejas con la yema de los dedos activa una de las zonas erógenas más sensibles en ambos sexos. Acompaña esas caricias con palabras calientes.
– La zona de cuello y nuca son especialmente perceptivas si combinamos el masaje de manos y dedos con la lengua y los labios.
– Tocar con delicadeza la parte externa de los muslos el masaje produce relax, mientras que la interna desata sensaciones más intensas y sensuales.
– Los pies merecen una atención especial pues deben evitarse las explosivas cosquillas que romperían en encanto. En cambio son muy estimulantes las caricias en cada dedo por separado y en particular en ese huesito que sobresale cerca del tobillo.
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