Recientemente el Ministro del Interior confirmó la política del régimen de criminalizar y perseguir a los activistas de Derechos Humanos-ONG y su aspiración de escalar la censura en la opinión pública, una estrategia que conocíamos desde hace tiempo pero que ahora Miraflores defiende con orgullo.
Según la lógica del hombre del mazo, el Estado venezolano tiene en la mira a defensores de DDHH y ONG vinculados a supuestos planes «terroristas» y cualquier expresión de solidaridad con las víctimas de la represión convierte a cualquier ciudadano en «cómplices» de los planes terroristas. Aunque no hay ninguna novedad en lo anunciado por el régimen, estas declaraciones confirman que la dictadura ha entrado a una nueva fase más represiva, violenta y letal. No sólo se trata de mantener activo un aparato represivo y un sistema judicial cómplice con la violencia de Estado, están intentando amordazar a la ciudadanía para invisibilizar sus crímenes. La «paz política» que supuestamente existe en Venezuela y de la que tanto alardea el régimen, es un espejismo que buscan mantener con la fuerza y la autocensura de los venezolanos.
No es casual que este anuncio, acompañado de un repunte en las detenciones y desapariciones de ciudadanos, ocurra unas pocas horas después de celebrarse las elecciones del 25 de mayo. Estos comicios, sin condiciones ni respeto por la voluntad de la gente y desconociendo las más elementales normas para el control electoral, fue una estrategia para «pasar la página» del 28 de julio, dividir el liderazgo opositor y barnizar a la dictadura con una apariencia de legitimidad democrática que no existe para los venezolanos y las democracias del mundo. Una pantomima de mítines y urnas electorales que no encontró en la ciudadanía a los cómplices que necesitaba, tal y como quedó demostrado por la ausencia de electores y el silencio en las calles de una Venezuela que parecía abocada a una especie de «paro cívico» informal que dejó solo al dictador.
A contra sentido de lo que buscaba el régimen, el 25 de mayo se apuntaló la unidad de los líderes de la oposición y se confirmó que a pesar de las presiones del régimen, persiste un compromiso democrático en la mayoría de los venezolanos, una capacidad de resiliencia que aprovecha cada escenario y oportunidad para manifestarse. Aquel silencio del 25M retumbó en los poderosos que nos gobiernan, desatando los demonios de su paranoia que los llevó a reivindicar su decisión de perseguir y censurar a los venezolanos.
La censura no es lo mismo que el silencio. Lo primero nos los quiere imponer el régimen como parte de su estrategia totalitaria, mientras que el silencio, como el del 25 de mayo, forma parte de los diversos recursos que dispone un pueblo que no ha renunciado a su deseo de lograr el cambio democrático. El régimen no parece poder distinguir esta sutil pero importante diferencia. No vamos a dejar de denunciar los crímenes de la dictadura, mientras seguimos trabajando discretamente en silencio, para generar las condiciones que necesitamos para recuperar nuestra libertad.
Fundador de Alimenta La Solidaridad y Mi Convive.
www.rpatino.com
PROVEA, Foro Penal y Médicos Unidos de Venezuela fueron las tres ONG señaladas por el ministro el día que confirmó su cruzada delictiva en contra de la sociedad civil venezolana. Estas organizaciones tienen una trayectoria modélica en su esfuerzo de apoyar al pueblo venezolano, convirtiéndose en una referencia dentro y fuera de nuestro país.
Si quieres conocer su trabajo, aquí te dejamos sus enlaces:
PROVEA: https://provea.org/
FORO PENAL: https://foropenal.com/
MÉDICOS UNIDOS DE VENEZUELA: @medicosunidosve