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Le cambian el nombre a Locolandia

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Le cambian el nombre a Locolandia

Reuniose, la tarde gris y el cielo azul fueron testigos, la Organización Parlamentatista, como ustedes saben, dirigida por el Legislagato, aquel personalejo de pezuñas sucias, ojos engañifos y bolsillos insaciables. Y resolviose cambiarle el nombre a Locolandia por Ladronzuela. La Bruja Mayor, aquella de pelo hirsuto y fauces lobeznas, quien opina sin que se lo pidan, amenaza sin pruebas y nunca se ríe por temor a enseñar caries y lengua larga y bífida, rápidamente afirmó que todo estaba bien y que el nombre escogido, Ladronzuela, le recordaba gratamente las chapucerías que eran tan de su intimidad, de su personalidad, que se sentía casi halagada. Sentenció entonces y dijo. Y así se declara en este Tribunalzaso Premier.

 

Y ocurriose que Arturo el Kadonski, conjuntamente con un espadachín emparentado con él en la tercera generación del pretérito perfecto, Jenri conocido como el Laranzote, decidieron retar a voto mortal al Príncipe Heredero del Bigote Turbio. Nada los detuvo en su osadía. El malvado Príncipe tenía las riquezas del oro negro a su favor y a su presidente, un tiracuchillos de segunda, conocido como el Bolsiclón de la Cabeza Gacha, pues debido a su tamaño se había acostumbrado a hablar siempre doblando la cabeza hacia abajo, agachándose pues.

 

Convocaron a todos los brujos de la comarca, no faltó ninguno. El Encuestador de Vergoña, la Defengote, el Gran Brujo Viejo y Malvado, la Acusacionalista, en fin, un desfile de personajes grotescos. Una especie de marcha de los imperfectos y malhechos. Como siempre la Bruja Mayor avaló el proceso y dijo adelante. Lo que no sabían Arturo el Kadonski y Jenri el Laranzote, era que el Trampeador de las Cajas Mágicas Electivoricas había conjuradose con Mefistófeles Sparmatik para que en las cajas electivoricas ocurriesen fenómenos paranaturales. Imposibles de ver con el ojo humano.

 

Convocaron a todos los habitantes de Ladronzuela a una consulta para conocer si querían al Heredero del Bigote Turbio como el Encabezador de la Mesa Redonda. Rodaron cabezas en el proceso. No hubo más robos y triquiñuelas electivoricas debido a que Robin Hood se apareció de pronto con vestidos multicolores y banderolas. Repartido en los llamados testigones. Pero la hechicería dentro de las cajas no pudo ser neutralizada. Los votos blancos salieron negros. Los votos negros salieron blancos. Reinó la confusión, creada originalmente por Confucio, según investigaciones de miss Panamá, y cuando la Tetrada Medidora, organización señalada para contar lo que fuese y lo que se pudiese, en especial votos, informó los resultados, Arturo el Kadonski abriendo exageradamente el arco que forma el dedo pulgar e índice de la mano izquierda descargó con violencia inusitada el dedo índice de la otra mano y segundos después de haberse oído un sonido ensordecedor pronunció el contramaleficio “Míquiti” que fuera escuchado por primera vez en un discurso de Aristóteles hace algunos años.

 

El Príncipe Heredero corriose al Pertú, un país aciago, donde se reunían, entre otros, la Viuda Doble y Terca, don Bonachón y Cobrón del Urtuguay, el Santo que No lo Era Tanto y el Indio Comeyukatú. Ellos vitorearon al Príncipe mientras que en Ladronzuela surgía de la nada otro personaje funesto, maluco, perverso y mentiroso. El Comunicador de la Billega. Alguien comentó que tal esclavo del Príncipe se había tornado Becerro del Mal, por un hechizo de la Acusacionalista, pero otro afirmó, con aplomo y seguridad: Falso, siempre fue así, sólo que no había tenido oportunidad de mostrar la miseria que le habitaba el alma. Esta historia está en pleno desarrollo. To be continued.

 

Fuente: EN

Por Eduardo Semtei

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