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La historia del capitán y la escritora

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La historia del capitán y la escritora

Hace siete años intentaron violar a Eva Golinger. No fue una noticia pública y notoria. Ninguno de los medios de comunicación al servicio del gobierno informó sobre el hecho, ni ella, siendo abogado, siguió las pautas jurídicas. Fueron dos intentos, y como la experiencia criminalística indica, el depravado debió ser una persona muy cercana o integrante del círculo social de la corresponsal de la televisora RT, son sede en Rusia.

 

Golinger, que fue muy activa en la divulgación de documentos desclasificados del Departamento de Estado, tanto que comenzaron a denominarla “historiadora”, ha sido una de las contratistas individuales más exitosas de la revolución chavista, no solo aparece en la nómina de Correo del Orinoco, como responsable de la edición en inglés, sino que como otros miembros del alto gobierno ocupa cargos que cobra en dólares.

 

Con la captura en Colombia de Yhonny Bolívar, señalado como el autor del disparo que segó la vida de Adriana Urquiola, la intérprete de señas de Venevisión, que estaba en su séptimo mes de embarazo, cuando se bajaba de un autobús el 23 de marzo de 2014, Golinger reveló su secreto a través de Twitter.

 

Bolívar no forma parte de la “burguesía apátrida y parasitaria” ni milita en Voluntad Popular, tampoco es un “pelucón”. Ha sido, sí, un individuo bien conectado con el mundo judicial y penitenciario. Contrario a quienes han pagado cárcel sin haber cometido delito alguno, como los diez directivos de las casas de bolsa contra quienes se ensañó Jorge Giordani, Bolívar, que había sido condenado a 25 años de prisión por secuestro, usurpación de título militar y ocultamiento de armas de guerra, fue puesto en libertad por la jueza Menfis Álvarez Núñez, sin que hubiera una llamada de Miraflores al centro de reclusión, como es norma ahora, para refrendar la decisión del Juzgado Quinto de Lara.

 

Desde entonces Bolívar ha enriquecido su amplio prontuario delictivo. Se le señala como el capo del tráfico de armas, drogas, licor y mujeres en Tocorón, Vista Hermosa y Ramo Verde. Iris Valera lo defendió, dijo que trabajaba en la empresa de ascensores que prestaba servicio al despacho a su cargo.

 

Ahora que fue capturado por la Interpol-Colombia podrá contar en qué bocacalle de la vida encontró a la Golinger, a quien intentó violar y matar dos veces en 2008, precisamente cuando su fervor por la revolución era más ardiente y mejor remunerado: el barril de petróleo estaba a 140 dólares y el pasaje de ida y vuelta a Miami costaba menos de 4 barriles. Vendo regla de cálculo.

 

 

Ramón Hernández

@ramonhernandezg

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