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Queremos un país de propietarios, no de proletarios. De ciudadanos, no de camaradas. Libre, responsable, solidario. Es justo

 

Un homenaje al esfuerzo es la Ordenanza Mi Propiedad sobre Regularización de la Tenencia de Tierras Urbanas en el municipio Sucre de Miranda, de noviembre de 2014, reformada para completarla en septiembre de 2015. Sobre esa norma, de inequívoco sentido progresista, animado por el alcalde Carlos Ocariz realicé una investigación traducida en un libro de reciente publicación.

 

 

Un homenaje al esfuerzo de miles de familias que han invertido su vida entera, en trabajo y en ahorro, para lograr tener una vivienda que las vías formales les negaban o, al menos, les ponían muy difícil. A lo largo del siglo XX, 41% de las viviendas construidas en Venezuela lo fueron en la informalidad. De las restantes, 40% las levantó la industria privada de la construcción y 19% el sector público. Esos datos reflejan una realidad, la de la agresiva urbanización venezolana y latinoamericana, la misma que transformó a Petare, de un pueblecito en medio de fincas agrícolas, en el espacio superpoblado que conocemos. También la de la insuficiencia de la formalidad legal para proveer un marco eficaz que permitiera hacer frente a una cuestión con retos múltiples y magnitud gigantesca.

 

 

 

Concebida como instrumento de justicia social con visión de progreso, el corazón de la ordenanza sucrense es reconocer el esfuerzo sostenido durante décadas por muchas personas y abrirles la posibilidad de ser propietarias de la tierra donde han levantado su casa.

 

 

 

La propiedad personal y familiar, no diluida en fantasías colectivistas ni amarrada a sacralizaciones estatistas, apuntalará su libertad y su responsabilidad. Les dará derechos a vender, a dejar herencia a sus hijos, a dar en garantía para que la familia crezca económicamente. También les traerá deberes como propietarios, como vecinos, como contribuyentes. Pude ver cómo la recibieron y comprendieron en las comunidades. En Julián Blanco, la calle Fe y Alegría, Brisas de La Bombilla, 24 de Marzo, abrieron las puertas y pude tener conversaciones instructivas para mí. Nunca es tarde para aprender. También constaté el compromiso con la política y el gobierno como servicios, en los dedicados equipos de la alcaldía, Fundasucre, la Oficina Técnica Municipal, el concejo. Ellos pusieron ante mis ojos las razones que un día me empujaron a la militancia.

 

 

 

Queremos un país de propietarios, no de proletarios. De ciudadanos, no de camaradas. Libre, responsable, solidario. Es justo.

 

 

Ramón Guillermo Ave

@AveledoUnidad

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