La estación de servicio “Surgas” amaneció este martes sin gasolina, pues las 4 gandolas encargadas del suministro diario nunca llegaron. Lo mismo sucedió el domingo. El lunes solo llegaron 2: una con los 37 mil litros de gasolina de 91 octanos, y la otra, con solo 9 mil litros de la de 95.

Propietarios y trabajadores se quejaron no solo por la falta de suministro, sino también por la falta de claridad sobre las causas del desabastecimiento, que van desde la falta de insumos para tratar el combustible hasta la caída de un rayo en la planta surtidora.

La estación de servicio “Surgas”, diagonal a la redoma La Piña, amaneció sin gasolina este martes. A las 10:00 de la mañana no habían arribado las 4 gandolas solicitadas por la administración para ese día. Los carros entraban y salían sin poder llenar el tanque.

Pero no es la primera vez. El domingo pasado tampoco recibieron combustible ni de 91 ni de 95 octanos durante todo el día. El lunes, la primera gandola llegó a las 11:00 de la mañana y la segunda, durante la tarde; esta última, con solo 9 mil litros de gasolina de 95, cuando la capacidad de la unidad es de 37mil litros.

“La que no está llegando es la de 95 (octanos)”, denunció Francisco Ríos, trabajador de la estación de servicio, reclamando que por la falta de despacho de gasolina “estamos sin trabajar. Si no trabajamos el domingo nos lo pagan como día sencillo”, y no triple como está contemplado en su contrato.

Ríos rechazó la falta de claridad de los motivos de la escasez. “Nos dijeron que en la planta surtidora cayó un rayo y no podían surtir las gandolas, después dicen que no hay los aditivos para hacer la gasolina de 95 (octanos) y por eso llega es de 91 (octanos)”, apunta el trabajador, señalando además que la cantidad de combustible que reciben ahora es insuficiente para la estación de servicio más concurrida de la ciudad.

Directivos de la surtidora, que prefirieron no identificarse, declararon que la situación suscita desde finales de agosto. “Sin los problemas nos podían llegar 3 o 4 gandolas al día, mientras que ahora llegan una o dos, y con el cargamento que ellos quieran”, reporta el vocero, confirmando que lo recibido no se corresponde con lo solicitado por la estación de servicio.

Ríos remarcó que los más perjudicados por la situación son ellos mismos: los propios trabajadores, que dejan de percibir dinero de las propinas, lo cual constituye parte importante de sus ingresos. Sostuvo que ocurre lo mismo en la bomba ubicada detrás del CORE 8, en Unare; en la del frente al 1-7-1, en Guaiparo; y en la de la avenida Cisneros en San Félix.

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