La fuga de capitales ha sido la característica esencial de la economía venezolana. La productividad de nuestro aparato productivo ha caído de manera fenomenal desde entonces, casi a razón de 1% anual durante un período cercano a 30 años. Esos son nuestros problemas. Ahora, encima de ese set de problemas estructurales, que mantenía el aparato productivo muy pequeño, el chavismo montó otros que se encargaron de aniquilar cualquier rastro de economía productiva. Se expropiaron activos productivos y se trasladaron a manos del Estado.
Años después todos están en la quiebra. Se demolieron los cimientos del derecho de propiedad como institución, lo que redujo aún más nuestra capacidad productiva. Se ha creado una situación laboral que favorece el ausentismo laboral, y que prohíbe al patrono despedir trabajadores bajo ciertos niveles de remuneración.
¿Qué debería hacer el Gobierno para frenar el ascenso del dólar paralelo, que no sea como dijo Maduro declarar que ese dólar no existe?
Uno puede ver el precio del dólar en el mercado paralelo en términos de oferta y demanda. El Gobierno ha venido imprimiendo dinero a manos llenas para financiar el gasto, y eso aumenta la demanda sobre el mercado paralelo. Luego está el tema de la oferta, Sicad I y II, después de que muchos analistas los vendieran como las panaceas, que «efectivamente equivaldrían al levantamiento del control de cambio», se han casi olvidado por completo, reduciendo la oferta de divisas. Para colmo de males, la caída de los precios del petróleo amenaza con reducir esa oferta todavía más. Esos son los elementos clave sobre los cuales el Gobierno ha demostrado tener muy poca capacidad de maniobra. Ahora bien, el elemento primordial detrás de la evolución del precio del dólar en el paralelo son las expectativas. Continúa acentuándose la crisis, y el Gobierno continúa sin darse por enterado. Se anuncia un sacudón de medidas económicas, y en su lugar se produce un enroque medianamente pueril, que no produce ningún cambio de fondo. Para enfrentar el desabastecimiento se lanza un ejército de fiscales a perseguir a los pocos productores y comercializadores que quedan, y a forzar el cumplimiento del margen máximo de ganancias. ¿Quiénes se forran? Quienes mantienen las empresas de carpeta a través de las cuales se facturan artificialmente los bienes 16 o 17 veces, cada una con un margen del 30%. Es decir, las acciones que ha tomado el Gobierno refuerzan la idea de que no tiene cómo enfrentar la crisis, de que a ratos tampoco tiene ninguna voluntad e intención de hacerlo, y eso deteriora las expectativas y acentúa la demanda de dólares en el mercado paralelo. Es una suerte de sálvese quien pueda, con los sectores de bajos ingresos sin ninguna posibilidad de salvarse, porque no tienen excedentes de dinero para colocarse en dólares y protegerse de la inflación. La credibilidad es un activo del que el Gobierno ya no puede hacerse, han pasado ya 15 años y es demasiado tarde para reinventarse.
¿Cómo avizora el 2015, tomando en cuenta que es un año en el que circularán ofertas electorales?
El 2015 será un año muy difícil, sea que el Gobierno decida emprender los ajustes necesarios, o que decida postergarlos e irse moviendo con esta secuencia de rabos de cochino económicos con los que se ha venido manejando hasta ahora. Ya no se trata de cómo será 2015, sino de qué vendrá después, en función de las medidas que se tomen (o no) en el 2015.
¿Debe la oposición entonces hablar claro, a riesgo de no ser votada por los electores?
Yo no tengo experticia para aconsejar sobre estrategia política. Sí se me hace evidente la necesidad de que la oposición reconozca los males que llevaron a tanta gente durante estos años a votar por el chavismo, y que se esfuerce por comunicar que, si bien esos males son legítimos, nos vendieron los remedios equivocados. Esto exige tener una estrategia clara para enfrentar esos males de manera distinta, de una forma que nos permita salir adelante sin necesidad de que se nos quede nadie atrás.
Tal Cual
