Los avances tecnológicos se ha convertido en parte de la vida cotidiana de la sociedad de este siglo XXI, y es entonces cuando surge la posibilidad de incluirse en las novedades que se hacen parte de cada actividad humana, sin embargo, los altos costo impiden a los venezolanos acceder a estas innovaciones.

Sabemos que las tecnologías que llegan al país no son precisamente las más nuevas, y cuando al fin están disponibles para los venezolanos surge otra desventaja: los precios inaccesibles.

Para comenzar a citar ejemplos hoy en día un celular sencillo, sin acceso a redes sociales y con funciones básicas cuesta mínimo 1.500 bolívares, eso sin contar el valor de las tablets, Xbox o cualquier otro aparato electrónico.

En un país donde el salario mínimo se encuentra en Bs 4.251,40 podemos ver en las vitrinas celulares que incluso pueden llegar a costar 40.000 bolívares y laptops entre los 60.000 bolívares y es larga lista de productos incomparables que varían en precios, con unos montos que parecen competir entre cuál tiene más ceros.

Esta realidad, hace que optar por una pertenencia de este tipo sea un sueño irreal para cualquier ciudadano con un sueldo promedio que no puede permitirse altos gastos en accesorios tecnológicos comunes; mientras vemos celebrar en el mundo la llegada de relojes inteligentes, mini robots para limpieza doméstica, computadoras de última generación, entre otros numerosos avances.

La situación económica de Venezuela afecta todos los ámbitos del país, es entonces cuando se hace evidente que el salario no es suficiente para cumplir con gustos adicionales o requerimientos tecnológicos. Incluso para adquirir electrodomésticos requeridos en el hogar se requieren meses de ahorro.

Para muestra un botón, mejor dicho, noviembre 2013

El pasado 2013 registró en el mes de noviembre un acontecimiento que acaparó la atención de los venezolanos, cuando el gobierno nacional ordenó a las tiendas bajar precios de electrodomésticos, la acción generó una largas colas colas en las tiendas y en algunos casos hasta saqueos.

Miles de personas amanecían frente a los locales que ofrecían ofertas, los precios incluso bajaron hasta la mitad, podía verse a los compradores que se llevaban numerosos productos en un mes que inició una ola de desespreción por adquirir este tipo de productos. Parecía que comprar un era la necesidad, y es significaba la oportunidad de comprar electrodomésticos inaccesibles.

Por el contrario, el 2014 se ha caracterizado por la ausencia de variedad de productos, lo que parece ser una consecuencia de estas masivas adquisiciones compulsivas, aunadas al problema que viven todos los comerciantes del país: acceso a las divisas.

Redacción web: Rebeca Anais Peña

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