¿Eres de los que debe poner 11 alarmas distintas en la mañana porque no logras encontrar la motivación para levantarse? ¿Te sientas a estudiar y pasas el tiempo contemplando las hojas del libro en búsqueda de algún tipo de inspiración divina que te motive? No te preocupes, ahora tienes a quién culpar; según la ciencia, la explicación podría estar en tu cerebro.
Demasiada actividad
Para explorar las posibles causas neurológicas de la desmotivación, un grupo de científicos de la Universidad de Oxford entrevistó a 40 jóvenes para determinar su nivel de motivación, tras lo cual les pidieron que realizaran una actividad simple que implicaba aceptar o rechazar diferentes ofertas que requerían menor o mayor esfuerzo. Mientras lo hacían, se monitoreó suactividad cerebral mediante tomografías por resonancia magnética.
Los expertos esperaban que la mayor apatía de algunos de los pacientes se debiera a la falta o disminución de actividad en alguna parte del cerebro. Sin embargo, se encontraron con un panorama opuesto.
Las imágenes revelaron que, al momento de decidir si aceptar o rechazar las ofertas, la corteza premotora mostraba niveles de actividad mayores a los esperados en los individuos más «apáticos». Esta, parece, sería la causa de su falta de motivación.
Problemas de conexión
Los investigadores concluyeron que los individuos más desmotivados parecen presentar conexiones poco eficaces en esta zona del cerebro. Esta ineficiencia los llevaría a utilizar más energía de la normal a la hora de tomar una decisiónsobre si aceptar o no una oferta que requiere cierto esfuerzo.
Si tomar una decisión requiere de más energía, actuar se vuelve más costoso y, en términos generales, esto se traduce en falta de motivación. Pero, no te emociones. Aunque el estudio proporciona datos muy interesantes sobre cuáles pueden ser las causas biológicas de la apatía, está lejos de explicar larazón detrás de toda desmotivación. Parece que seguiremos teniendo que encontrar excusas para nuestra procrastinación.
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