?La «catástrofe generacional» en la educación de Venezuela no es el final de la historia, es el punto de partida para una era de reconstrucción.
El impacto de un experimento político fallido llamado socialismo del siglo XXI ha dejado cicatrices profundas, pero el enfoque no está en lamentar el pasado, sino en construir un futuro más brillante y próspero.
?Dos décadas perdidas, un futuro por conquistar.
?Es un hecho innegable que las últimas dos décadas han representado un retroceso incalculable en la educación venezolana.
La falta de inversión, el acceso limitado a la tecnología y la interrupción de la formación han mermado las competencias y el desarrollo de los jóvenes.
Los expertos recién escuchado aún me enojan, señalan, esta generación ha perdido, en promedio, dos décadas en escolarización, nutrición y crecimiento, una realidad que impacta directamente en sus oportunidades laborales y su capacidad para competir en el mercado global.
?La reconstrucción como acto de poder y progreso.
?Sin embargo, esta situación no es una sentencia, sino una oportunidad. El futuro de Venezuela se basa en la convicción de que la educación no es un gasto, sino una inversión de poder. Es la herramienta para forjar una generación de líderes, innovadores y creadores que transformarán el país.
?El camino a seguir es claro y audaz:
?Acelerar la recuperación: Es crucial implementar un plan de choque para recuperar el tiempo perdido. Esto implica una inversión masiva en infraestructura escolar, tecnología y formación docente.
?Conectar el presente con el futuro:
El acceso a internet no puede ser un lujo, debe ser un derecho. Garantizar la conectividad en todas las escuelas y hogares es fundamental para que los estudiantes se conecten con el mundo y se adapten a las demandas de la era digital.
?Fortalecer la salud mental: La educación no es solo académica, es también emocional. Es vital abordar el «trastorno psicológico» que ha dejado el malestar social, proporcionando apoyo psicológico en las escuelas para que los jóvenes puedan sanar y prosperar.
?Mirar hacia adelante sin nostalgia:
El pasado no define el futuro. La energía no se gasta en lamentarse, sino en construir, innovar y liderar. La educación es la base del poder, y es hora de usarla para reclamar el lugar de Venezuela en el mundo.
?Este es el momento de mirar hacia adelante con apetito de progreso, con una visión que transforma los desafíos en victorias.
El futuro de Venezuela se construye en las aulas, y esa es una misión que se aborda con determinación y sin mirar atrás.
?¿Qué medidas crees que serían las más efectivas para acelerar la recuperación educativa en Venezuela?.
El venezolano residente o no tiene la palabra… Moral y luces.
DC / Abogado Joaquín Chaparro Oliveros / Demócrata Cristiano.&