No es desde luego un monoplaza afortunado en la estética. Eso no es algo que preocupe en Force India en los últimos años, tanto por la decoración, como por incidir en esas soluciones propias y originales con las que tan buenos resultados han logrado en los dos últimos años.

El VJM10, que sigue en su nomenclatura con las iniciales de Vijay Mallya, ahonda en elementos como el morro calado a los dos lados del pulgar. Un concepto que ahora se extrema. El ‘flotador de los vigilantes de la playa’, como se le apodó en su día, da paso a dos canales mucho más pronunciados.

No es extraño que algo que le ha dado podios desde su llegada, por la buena utilización de los neumáticos que les proporciona, siga siendo un aseña de identidad en el coche de Checo Pérez.

Este año, con unas gomas seis centímetros más anchas delante, esa zona adquiere mayor importancia que en años precedentes. Más arriba, ni siquiera han puesto el falso panel con los que todos los coches de la actual F1 cubran ese escalón de 2014, que luego se disimuló con el carenado de fibra.

La zona media, donde comienza el suelo y bajo los pontones, no tienen tanto trabajo como el Nuevo Renault RS17, pero presenta un voluminoso pico para reacelerar de nuevo el aire que llega desde el alerón delantero hacia la zona del difusor.

La parte trasera es muy estrecha al llegar a la parte de los escapes y, como empieza a ser norma, se deja mucho suelo libre hasta la parte superior del difusor.

El gran ala de tiburón, con una superficie nunca vista antes, es el distintivo más visible de un coche de Force India que trabaja muy bien en fábrica y que mejora en cada elemento que introduce a lo largo de la temporada.

Tercero, como dice Checo Pérez, quizá es mucho, pero no andará muy lejos de esos puestos en el campeonato el equipo de bandera india, con sede en Silverstone.

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Por Confirmado: María González