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Captahuellas se enfrían en los Abastos Bicentenario

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Captahuellas se enfrían en los Abastos Bicentenario

Mercal y PDVAL activaron en abril las captahuellas. El sistema biométrico surgió para responder a la misión de la tarjeta de abastecimiento seguro. El plan lo lanzó el Gobierno nacional para responder a la demanda de alimentos. En los módulos de la red directa socialista tienen cinco meses estructurando la base de datos.

En Zulia, las dos cadenas oficiales cumplen la directriz. “En los Abastos Bicentenario todavía no”, aseguró Elena Briceño, usuaria semanal de los establecimientos. Reflexionó sobre la colocación y qué observó en los anaqueles del mercado. “Si se consiguieran todos los productos en el momento que haces la compra no importaría, pero igual vas saltando de mercado en mercado”.

Cuestionó para qué implementar el sistema si la garantía de surtido falla. Briceño dijo estar acostumbrada a abastecerse el día que le “toca por el terminal de la cédula”. Va cada miércoles cuando le permiten cargar productos regulados en terminales cuatro y cinco de la identificación.

Ayer aseguró tener “éxito”. Cargó con dos kilos de pasta, tres de arroz, cuatro de harina precocida, dos de azúcar, cuatro litros de leche, dos litros de aceite y 500 gramos de margarina. Lamentó no conseguir leche en polvo.

Carmen Rodríguez, ama de casa, tumbada en el suelo, luego de casi tres horas de espera, dijo que con o sin captahuellas las colas en Bicentenario se mantienen. Y es que “solo cuatro cajas funcionan” de las 15 que tiene el establecimiento. Lo demás “está horrible”. Detalló el “deterioro” que exhibe la empresa expropiada en 2010 por el Ejecutivo. “No sirve el aire acondicionado ni las cavas”. Por eso hace un mes hay trabajos de remodelación y recuperación de los equipos. “Los están arreglando”.

Las condiciones de los sistemas de enfriamiento impiden los inventarios de carne y pollo. Consideró que bajaron las colas tras la ausencia de inventario de carnes. Recordó el pasado, “cuando no había que hacer cola”. Ahora reina la “desatención”. Reconoció que están “mejorando”, pero el “desespero” de los compradores persiste.

Jaime Montilla, comprador, desconoció cómo funciona el sistema de captahuellas. Culpa de los desórdenes a los milicianos. “Metían a otra gente que no estaba en la cola por otra puerta. Uno duraba hasta las 3.00 de la tarde, llegando a las 4.00 de la mañana”.

 

Yasmín Ojeda

La Verdad

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