Ibrahimovic desea marcharse al Madrid para perseguir y convertirse, de nuevo, en una de las piezas básicas de Ancelotti. El amor es mutuo, porque el entrenador italiano ha solicitado al club la incorporación del delantero sueco, con razones deportivas de por medio. A las órdenes de Ancelotti, Ibra ha cuajado en el PSG una magnífica temporada, tiempo breve pero intenso en el que ambos han conseguido volver a poner al equipo parisino en el mapa francés y europeo, al proclamarse campeón de Liga después de 20 años y alcanzar unos cuartos de final de Champions en los que cerca estuvo de eliminar al Barcelona.
Por primera vez en su carrera, Ibra está dispuesto a bajarse el astronómico sueldo de 14 millones netos que cobra en el Parque de los Príncipes, con el que los jeques del PSG lograron convencerle. A sus 31 años, el gran desafío incumplido de Zlatan es ganar una Champions y sabe que en Madrid, en un equipo histórico que busca la Décima y a las órdenes de un entrenador en el que confía, aumentan las opciones de coronar su palmarés.
Retraso. Hace un año, el PSG pagó por él al Milán 21 millones de euros, ya que el equipo rossonero necesitaba desprenderse de su ficha. Ante las primeras noticias del interés blanco, el club parisino se apresuró a declarar al delantero «intransferible». Ayer, poco después de que Cavani desembarcara en París, De Laurentiis, presidente del Nápoles, revelaba que Ibra «tiene un acuerdo con otro club y no jugará» junto al delantero uruguayo. En Madrid están ahora mismo sus anhelos.
Fuente: As