Isabelle Geffroy, Zaz, es una favorita nuestra desde la primera vez que publicamos notas sobre ella y su música, en 2015 (luego repetimos en 2018). Desde entonces ha conseguido dar la vuelta al mundo con un repertorio de canciones refrescantes en francés. Recordemos parte de lo que dijimos entonces de ella:
«Zaz, con su pelo rojizo y alborotado, es ya un fenómeno mundial, sí, asociado al estilo original y sencillo de la artista y a fantásticas canciones como su primer éxito, ‘Je Veux’ (2010), en el que desprecia suites del Ritz, joyas de Chanel y limusinas a favor “del amor, la alegría y el buen humor”.
«Canta no solo baladas francesas; por ser su madre profesora de español, la chica se defiende muy bien en nuestro idioma, cantando, por ejemplo, boleros clásicos del Caribe. Con ella, se puede arrancar en Montmartre -ha interpretado clásicos de la discografía de su país, como algunos de los éxitos inmortales de Edith Piaf- y luego tocamos Colombia, o México, o Santiago de Cuba. Ella no pareciera descansar nunca, su arte evoluciona disco tras disco. Y cada día la chica suena mejor».
Y ahora, disfrutemos de una de las canciones de su nuevo -su quinto- álbum, titulado «Isa», que comenzó a realizar durante el confinamiento de 2020. Este fue un período que conmocionó a la cantante:
«Necesitaba más calma, casi desaparecer. Esto no es para nada lo que hice estos últimos diez años; es una paradoja”, comenta con una sonrisa la cantante con 4 millones de álbumes vendidos en todo el mundo y que nunca dejó de viajar por el planeta desde el increíble suceso de su primer álbum en 2010, impulsado por el éxito global “Je veux”.
Zaz no se ha estancado, al contrario. Canta para otros y finalmente quiere contar su propia historia y hablar de aquellos a quien ama y que resuenan en ella; ZAZ vuelve a ser Isabelle, «Isa». Oigámosla en » tout là haut«:
América Nuestra
Marcos Villasmil
