Edgar Zambrano, Jefe de la Fracción Parlamentaria de Acción Democrática en la Asamblea Nacional, durante su intervención en la sesión ordinaria del Parlamento Latinoamericano, aseguró que luego de la expulsión de los diputados William Dávila, Angel Medina y Luis Florido de su territorio, Nicaragua se ha incorporado al grupo de países que teniendo un gobierno de origen democrático, se va convirtiendo en totalitario y dictatorial con sus prácticas.
«¿Qué gana el gobierno de Nicaragua con negar la visita de los parlamentarios investidos de inmunidad por su pertenencia a los Parlamentos Latinoamericano y Parlasur?, no gana absolutamente nada y además evidencia su desconocimiento a pactos y convenios internacionales firmados por ellos en tiempos del sandinismo», expresó el parlamentario, quien agregó que resulta una grave incoherencia histórica presenciar esta decisión contra diputados venezolanos cuando en el pasado, en tiempos de lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza, Venezuela se convirtió en un soporte políticos y a través de sus instituciones democráticas contribuyó de manera eficiente a través de distintos mecanismos para fortalecer la lucha en favor de la democracia, entre ellos a través de la figura del asilo político, así como la conocida pública, notoria y comunicacionalmente adhesión del Presidente de la República para la fecha, Carlos Andrés Pérez, a la inclusión de Nicaragua en el escenario democrático del continente.
«Nuestro pueblo con una amplia cultura política y democrática fue motor en la lucha contra aquella dictadura, y hoy también es motor de acción para rebatir cualquier hecho que vaya en contra de los derechos políticos y demás garantías constitucionales», sostuvo al resaltar la afinidad ideológica existente entre los gobiernos nicaragüense y venezolano.
Zambrano resaltó la gravedad de las acciones en contra de Dávila, Medina y Florido, porque se trata del irrespeto a la inmunidad parlamentaria, una institución universal que protege no a la individualidad de un nombre, sino a los parlamentos. «Esta fue una agresión a la Asamblea Nacional venezolana, a otras instancias políticas internacionales como la Internacional Socialista, la Unión Interparlamentaria Mundial, así como a los Parlamentos Latinoamericano y del Mercosur, protegidos por esos acuerdos internacionales que hacen valer la condición y rango de acción de los diputados dentro y fuera de nuestro país», argumentó.
Igualmente el también Vicepresidente Nacional de Acción Democrática señaló el desconocimiento al propio pueblo de Venezuela que supone este acto de agresión a los diputados, en vista de que ellos fueron elegidos en comicios «libérrimos, de forma legítima y constitucional, por lo que son auténticos sus representantes».
Edgar Zambrano añadió que no existe ninguna denuncia ni dentro ni fuera de Venezuela en contra de William Dávila, en la cual se le señale de narcoterrorista o narcotraficante, y además «el propio gobierno venezolano no ha manifestado ningún escenario en donde se le señale de esto, no se ha intentado ninguna acción que vulnere la investidura del diputado así como tampoco se conoce denuncia o investigación en curso por parte de los organismos de seguridad del Estado, con lo que quedaría el gobierno nacional como un actor cómplice», comentó al agregar que de ser ciertos estos argumentos, ya se habría solicitado un proceso para el allanamiento de la inmunidad parlamentaria del diputado por el estado Mérida.
La representación venezolana ante el Parlamento Latinoamericano aprobó un Acuerdo de condena y rechazo a las agresiones sufridas por los diputados William Dávila, Angel Medina y Luis Florido. «El parlamento nacional se une a esta condena y rescata la institución de la inmunidad parlamentaria como un elemento que protege más allá de las individualidades, a la institución del parlamento nacional representado por los citados diputados, objeto de una agresión marcada por el pase de factura donde el gobierno nicaragüense concede un favor que pretende ser una gracia convertida en desconfiguración de la buena política que debe fluir en el continente», concluyó NP