Desde hace varias décadas, los paleontólogos están convencidos de que las aves descienden directamente de los dinosaurios. Pero ¿y si no fuera así? Un nuevo y detallado análisis de un fósil procedente de China y del tamaño de un gorrión desafía la creencia generalizada de que las aves evolucionaron a partir de una familia de dinosaurios terrestres, los terópodos, que lograron desarrollar las habilidades necesarias para el vuelo.
El nuevo análisis del fósil de China ha permitido determinar que el Scansoriopteryx, que vivió hace unos 120 millones de años en Asia no era, en realidad y tal como se creía hasta ahora, un dinosaurio, sino más bien otra clase de pequeño animal trepador que era capaz de lanzarse planeando de árbol en árbol. O por lo menos eso es lo que piensan los investigadores norteamericanos Stephen Czerkas, del Museo del Dinosaurio de Blanding, en Utah, y Alan Feduccia, de la Universidad de Carolina del Norte. Ambos acaban de publicar un artículo al respecto en Journal of Ornithology.
El fósil de Scansoriopteryx fue encontrado en la Mongolia Interior, y forma parte de un proyecto de estudio en el que ambos paleontólogos colaboran con la Academia China de Ciencias Geológicas. Tras su descubrimiento, el pequeño animal fue clasificado como un Celurosaurio, un grupo de dinosaurios de la familia de los terópodos, la misma familia de la que la mayoría de los expertos creen que surgieron los primeros dinosaurios voladores y, más tarde, las aves.
Czerkas y Feduccia utilizaron una avanzada técnica de microscopía en tres dimensiones para revelar la existencia de estructuras óseas en Scansoriopteryx que hasta ahora no se habían podido distinguir claramente. Esta técnica hace posible, por ejemplo, observar al detalle el contorno natural de los huesos. Muchos aspectos hasta ahora ambiguos de la pelvis, patas delanteras y traseras y cola pudieron ser aclarados.
Tras su análisis, los investigadores afirman que Scansoriopteryx, definitivamente, había perdido las estructuras óseas fundamentales de los dinosaurios, por lo que no podía ser clasificado como tal. Lo cual, además, les llevó a postular que los dinosaurios no fueron, en realidad, los antepasados directos de las aves.
Abc.es