Aunque el Banco Central de Venezuela trate de mantenerlo a raya, el dólar se despega cada vez que quiere. Las consecuencias son clarísimas, con cada amanecer, los pocos venezolanos que pueden comprar llevan a sus casas cada vez menos y se suman más a los grupos que sacan sobras de la basura o prendas del río Guaire. Y eso, aquí en la capital.
Basta de decir que si no hay gasoil el campo va a colapsar, sencillamente ya está parado y lo poco que llega a las ciudades de lo que se produce viene con precios astronómicos. Es comprensible, pues lo campesinos hacen un gran esfuerzo para pagar el combustible en divisas y eso lo cargan a la cuenta del consumidor. Las cosechas se pierden, la producción pecuaria ni se diga, pero los últimos de la cadena son los que pagan de su bolsillo.
La inflación de abril pasó de 30% y la interanual de 2.800%. ¿Qué les espera a los venezolanos para fin de año? Ya el dólar se cotiza en más de 3.000.000 y con eso no se compra ni medio cartón de huevos. ¿Para eso fue que el régimen aumentó el sueldo que llaman “integral”? El bono contra la guerra económica de este mes fue de 3.600.000 y eso no alcanza ni para una caja de acetaminofén.
Es indudable que para resolver esta catástrofe la solución debe ser política. Un régimen con cierta empatía o con interés de conservar algo de futuro como participante en el sistema social y democrático venezolano ya estuviera poniéndole el mantel a la mesa para conversar sobre elecciones generales. Darle paso a gente que venga con otras ideas y trate de refundar a Venezuela.
Pero eso es pedir demasiado a los maduristas que han probado ser más crueles que el propio comandante muerto. ¿Cuántas organizaciones no gubernamentales tienen que decir, mostrar y demostrar que el venezolano se está muriendo de hambre? Y no es porque no haya especialistas, economistas y otros catedráticos que estén dispuestos a ayudar. Los hay que ya tienen las mangas arremangadas para meterle al trabajo. Pero la maldad de este desgobierno es ilimitada.
Así como va el dólar, lo más probable es que en diciembre la divisa en verdad alcance los 10 millones de bolívares, como lo pronostican algunas firmas internacionales. Y mientras tanto, Pdvsa sin producir ni gasolina ni gasoil y mucho menos exportar. Lo que hay se lo regalan a Cuba. Es urgente que la presión unitaria lleve a esta cúpula corrupta a ceder y aprovechar para depurar el registro electoral y preparar elecciones generales libres y justas.
Estamos a nivel de súplica. Guarden un poco del capital político que les dejó Chávez y permitan una salida. Pero es urgente, por el bien de la disminuida población venezolana.