Un reciente análisis compartido por Alex Speier pone el foco en una estadística reveladora: los bateadores diestros que han registrado un OPS+ de 120 o más durante tres campañas consecutivas, un indicador claro de consistencia y calidad en el plato. La lista es breve y contundente. Aaron Judge, Pete Alonso y Wilson Contreras son los únicos nombres que cumplen con ese criterio, lo que subraya el impacto real que cada uno ha tenido en sus respectivas alineaciones.
El rendimiento ofensivo sostenido es uno de los bienes más escasos en las Grandes Ligas, y solo un grupo muy reducido de jugadores logra mantenerse en la cima temporada tras temporada. Más allá de los jonrones o las cifras tradicionales, el OPS+ contextualiza el rendimiento ofensivo en relación con la liga, al hacer aún más valioso el logro.
En el caso de Wilson Contreras, su inclusión en este grupo confirma una evolución que va más allá del rol tradicional de su posición. El receptor venezolano ha demostrado ser una pieza ofensiva constante, capaz de producir por encima del promedio de la liga de forma sostenida, algo poco común para jugadores que combinan exigencias defensivas con responsabilidades en el lineup.
Contreras no solo ha aportado poder, sino también disciplina en el plato y la capacidad de ajustar su enfoque ofensivo según la situación del juego. Esa combinación explica por qué su OPS+ se ha mantenido en niveles de élite durante varias temporadas consecutivas, colocándolo en la misma conversación que dos de los sluggers más temidos del beisbol actual.
Aaron Judge y Pete Alonso representan perfiles más asociados al poder puro, con números llamativos que dominan titulares. Sin embargo, la presencia de Wilson Contreras en la misma estadística resalta el valor de su aporte integral y su impacto silencioso, pero constante, dentro de la ofensiva.
Este tipo de datos refuerza la importancia de mirar más allá de las estadísticas tradicionales. El OPS+ no solo mide producción, sino también contexto, y en ese escenario, Wilson Contreras ha demostrado pertenecer a una élite muy selecta. Un reconocimiento que consolida su estatus como uno de los bateadores diestros más confiables del beisbol moderno.
2001











