El influyente medio financiero publicó un artículo en referencia al futuro económico y político del país latinoamericano. Asegura que el éxito del torneo logró posponer sus desafíos a largo plazo sólo por un corto período de tiempo.
Después de haber acaparado la atención de un gran porcentaje de la población mundial, la Copa del Mundo ha llegado a su fin. Y si bien tras el evento Brasil logró quedar bien parado -al menos a nivel organizativo- el diario norteamericano Wall Street Journal publicó un artículo sobre los desafíos que deberá enfrentar la presidencia de Dilma Rousseff ahora que la fiesta terminó.
«Ahora viene la resaca», advierte el diario, y asegura que a pesar de los «éxitos a celebrar,» Brasil se enfrenta ahora al desafío de una «economía moribunda, unas elecciones presidenciales potencialmente divisorias» y de acelerar su preparación para los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro en 2016, otro megaevento cuya construcción, según los organizadores, también se encuentra retrasada.
Según expertos en economía que hablaron con el diario, Brasil durante el Mundial era como «la Isla de la Fantasía,» pero ahora viene el «shock de realidad».
«Tras cuatro años con una economía estancada, las fabricas están reduciendo su producción. Algunos economistas dicen que los esfuerzos de Brasil por aumentar el crecimiento a través de amplios préstamos, créditos al consumidor y dinero para los pobres han llegado a su fin. Los planes del gobierno para construir puertos y otro tipo de infraestructura, hasta ahora, han fallado en crear un proceso que mejore la competitividad».
El diario financiero asegura que ese será el eje de una campaña política que «traerá más volatilidad» a la economía brasileña ya que Rousseff pretende ser reelecta en octubre.
Dilma por ahora parece ser la favorita, a pesar de que el Mundial apenas le significó un aumento en su popularidad de dos puntos porcentuales -del 33 al 35 por ciento. Según el diario, la presidenta «goza de gran apoyo en las partes más pobres del país donde su Partido de los Trabajadores expandió el estado de bienestar y los subsidios a la vivienda» desde que llegó al poder.
Sin embargo «la oposición será dura» ya que algunos economistas y empresarios son «cada vez más críticos» de su fuerte política intervencionista, la cual «aseguran contribuyó a una desaceleración».
Y advierte: «Si bien el Mundial fue un éxito, no ha traído las ganancias que el país esperaba. Brasil planeaba usar el torneo para construir trenes, subterráneos y otro tipo de infraestructura que promoviera su economía local. Muchos de esos proyectos – como un tren de alta velocidad entre Sao Paulo y Rio – nunca fueron construidos ya que Brasil hizo su foco en lo básico, como los estadios. Es probable que al menos cuatro de ellos -Brasilia, Cuiabá, Manaus y Natal- no sean muy utilizados, con el potencial de convertirse en símbolos de gastos excesivos», explica.
Debido a una vergonzosa derrota 7 a 1 frente a Alemania que dejó a Brasil humillado, el Wall Street Journal asegura que «es poco probable que el clima económico de Brasil se eleve mucho». Y tras este análisis, el diario concluye que «muchos brasileños vuelven a preguntarse si el precio de la copa valió la pena.»
Infobae