La alemana Volkswagen (VW) admitió oficialmente su culpabilidad en el fraude de los motores diésel trucados y aceptó pagar una multa de 4.300 millones de dólares a Estados Unidos para cerrar definitivamente el escándalo.
Además, las autoridades estadounidenses imputaron a seis ejecutivos y empleados de Volkswagen “por su papel en la conspiración que duró casi 10 años”, afirmó el Departamento de Justicia de EE.UU. en un comunicado dado a conocer poco después de que la fiscal general, Loretta Lynch, anunciase el acuerdo con la empresa alemana.
“Los intentos de Volkswagen para esquivar los estándares de emisiones e importar vehículos falsamente certificados en el país representa una atroz violación de nuestras leyes medioambientales, protección al consumidor y financieras”, declaró Lynch durante una rueda de prensa celebrada en Washington.
Según el acuerdo, Volkswagen pagará 2.800 millones de dólares como “multa penal por la conspiración de largo plazo para vender aproximadamente 590.000 vehículos diésel en EE.UU. utilizando un ingenio para trucar las pruebas de emisiones ordenadas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA)” y las autoridades de California.
Además, la firma pagará 1.500 millones de dólares por la importación y venta en EE.UU. de vehículos trucados, así como por fraude aduanero.
EFE