En la conferencia de prensa anual retransmitida en directo por la televisión, el Vladimir Putin amenazó a Turquía con derribar sus aviones si vuelve a volar por el espacio aéreo de Siria, donde Rusia ha emplazado misiles antiáereos S-400.
Putin aseguró que con un «acto hostil» de derribar en la frontera siria el bombardero ruso S-400 Turquía únicamente ha conseguido que Rusia intensifique sus bombardeos contra el Estado Islámico y refuerce su presencia militar en el país árabe.
«¿Para qué lo hicieron? No lo entiendo. ¿Acaso pensaban que íbamos a salir huyendo? Por supuesto que no. Rusia no es de esos países. Hemos incrementado nuestra presencia, el número de aviones. Allí no había sistemas de defensa antiaérea y ahora hemos desplegado los S-400», dijo.
Además, recordó que Rusia ha procedido a modernizar los sistemas antiaéreos sirios al reparar los sistemas con misiles Buk.
El jefe del Kremlin aseguró que es «prácticamente imposible» llegar a un acuerdo con los actuales dirigentes turcos, en alusión al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien se niega a disculparse por el derribo del avión, como exige Moscú.
«La creciente islamización (en Turquía), que seguramente haría revolverse en su tumba al propio Ataturk, también nos ha afectado a nosotros. En Turquía hay guerrilleros procedentes del Cáucaso Norte», dijo.
Bombardeos a ISIS
Putin afirmó además que los bombardeos de su aviación en Siria «respaldan» no sólo la ofensiva de las fuerzas gubernamentales, sino la de la oposición que lucha contra el Estado Islámico (ISIS).
«Con los bombardeos respaldamos sus esfuerzos (de la oposición) en la lucha contra el ISIS como también apoyamos los del ejército sirio», declaró Putin en rueda de prensa anual.
«Era la idea de (el presidente francés) François Hollande de intentar aunar los esfuerzos del ejército sirio y de al menos una parte de la oposición armada en la lucha contra el ISIS. Lo hemos conseguido en parte», aseguró.
Según Putin, Moscú está en contacto en Siria con integrantes de la oposición «que quieren combatir al ISIS y que lo hacen».
Desde el comienzo de la intervención militar rusa en Siria el 30 de septiembre, los países occidentales y las oenegés acusaron a Rusia de tomar como blanco la oposición a su aliado, el presidente Bashar al Asad, y no a los yihadistas del ISIS.
Posteriormente, Rusia afirmó estar dispuesta a establecer contactos con el Ejército Sirio Libre (oposición) para coordinar sus acciones y hallar una salida política al conflicto.
Infobae
