Vitamina C, todo lo que necesitabas saber

Vitamina C, todo lo que necesitabas saber


 

La vitamina C es un poderoso antioxidante que neutraliza los radicales libres generados en la exposición al sol y previene el fotoenvejecimiento.

 

 

Tiene una acción despigmentante sobre las manchas, previene su aparición, además, estimula la síntesis del colágeno aportando firmeza y elasticidad a la piel.

 

 

Es necesaria en verano porque la piel sufre un efecto oxidante mayor que en otra época del año. Eso ocurre por la acción de la radiación de los rayos del sol, y otros factores como la sequedad ambiental, permanencia en el mar o en la piscina, y la deshidratación.

 

 

También es esencial para fortalecer los tejidos que forman los tendones, músculos, huesos, dientes y encías. En el verano cuando la piel está muy expuesta un correcto aporte de vitamina C, puede ayudarnos a combatir el efecto de los radicales libres en la piel.

 

 

Fuentes de vitamina C

 

 


• Los cítricos como las naranjas, limón, mandarina, pomelo tienen una gran concentración.

 

 

• El kiwi es una fruta que tiene muchos beneficios y es muy rica en vitamina C. 100 gramos de kiwi aportan 100 mg de vitamina C.

 

 

• El brócoli es una verdura que aporta si se consume cosido 90 mg de vitamina C por cada 100 g, y crudo hasta 110 mg.

 

 

• El perejil y los pimientos aportan entre 100 y 200 mg, por cada 100 gramos de alimento.

 

 

• Mango, calabaza y zanahoria, son tres ingredientes que tienen gran contenido de betacarotenos. Pigmentos responsables del color amarillo o naranja presentes en frutas y hortalizas muy ricos en vitaminas A y C, que protegen nuestra piel de los rayos solares.

 

 

• Camu-camu es un fruto originario de la amazona. Muy rico en vitamina C que supera a la naranja. 100 gramos de esta fruta obtenemos dos mil miligramos de esta vitamina, muy útil para los meses de verano.

 

 

Para tener en cuenta

 

 


Según los expertos en nutrición la mejor manera de consumir los alimentos con vitamina C es en crudo.

 

 

Al cocinarlos se pierde gran parte de las vitaminas, por lo tanto, es mejor aprovechar todo su potencial y comerlos frescos.

 

 

Es denominada la vitamina del Sol. Ayuda a preparar el cuerpo fisiológicamente a las temperaturas muy altas, previniendo los golpes de calor o exceso de sudoración.

 

 

Ayuda a mantener en equilibrio la temperatura corporal. Favorece la producción de colágeno, por lo tanto, es indispensable en el verano.

 

 

Fuente: Nosotras

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