La relación humana con el fracaso es compleja. Puede causar debilidad, pero también el deseo individual para alcanzar nuevas metas. Sin embargo, cuando eres un perro, se trata de una cuestión más simple: si algo pasó hace más de diez segundos, entonces no cuenta.
Es fácil sentir simpatía por los perros de este vídeo. Fallan y fracasan una y otra vez, pero esto no les detiene para seguir intentando su objetivo, con una persistencia digna de admiración.
Fuente: huffingtonpost.es