Luego que Beijing decretara una nueva zona de identificación aérea la tensión en la región ha aumentado, por la negativa de Japón ha acatar el dictamen chino.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizará esta semana una gira por Asia con la delicada misión de aplacar las tensiones militares con China y al mismo tiempo respaldar a su aliado Japón en una disputa territorial en el mar de China Oriental.
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Japón reiteró el lunes que tanto Tokio como Washington han rechazado la decisión de Beijing de establecer una zona aérea de defensa que incluye unas islas que han sido objeto de disputa territorial entre China y Japón.
Tres aerolíneas estadounidenses, asesoradas por el Gobierno de Estados Unidos, notificaron a China que transitarán la zona, cumpliendo con las exigencias de Beijing. Pero Washington aclaró el fin de semana que eso no implica que acepte la existencia de esa área.
Estados Unidos envió la semana pasada dos bombarderos B-52 a la zona sin previa notificación a China.
«El Gobierno de Estados Unidos ha dejado claro que está profundamente preocupado por el establecimiento por parte de China de una zona de identificación de defensa aérea y que no aceptará las exigencias de China sobre las operaciones en la zona», dijo el secretario jefe del Gabinete japonés, Yoshihide Suga, en una conferencia de prensa.
Las dos mayores aerolíneas japonesas siguieron la recomendación de su Gobierno de no revelar sus planes de vuelo, como China pidió tras crear la zona hace un mes.
Las autoridades surcoreanas también han aconsejado a sus aerolíneas que no envíen sus planes de vuelo a China cuando viajen por la zona.
El portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hong Lei, dijo que su país agradecía que Estados Unidos instase a sus aerolíneas a avisar a China de sus planes de vuelo y criticó a Japón por «politizar deliberadamente» el asunto.
La relación entre Japón y China, a menudo tensa por su rivalidad en la región, la desconfianza mutua y los amargos recuerdos chinos por la ocupación japonesa en la década de 1930, se ha deteriorado por una disputa sobre unas diminutas islas reivindicadas tanto por Tokio como Beijing.
Biden probablemente reafirmará el martes a Tokio que la alianza militar de Estados Unidos con Japón, que se remonta a la década de 1950, continúa vigente en momentos en el que el primer ministro Shinzo Abe disputa el archipiélago con China.
Pero también tratará de calmar la tensión entre Estados Unidos y China, un socio comercial clave, cuando vaya a Beijing en la misma semana.
«Es especialmente importante (…) que sigamos amplificando nuestros mensajes de que siempre estamos y estaremos ahí para apoyar a nuestros aliados y existen formas para que dos grandes potencias como Estados Unidos y China construyan una relación diferente para el siglo XXI», dijo un funcionario de alto rango de la administración Obama.
Washington no tiene una posición pública sobre la soberanía de las islas, conocidas en Japón como Senkaku y por China como Diaoyu.
Sin embargo reconoce el control administrativo de Tokio y dice que se aplica el pacto de seguridad entre Estados Unidos y Japón, que podría arrastrar a Washington a un conflicto militar que preferiría evitar.
Fuente: Agencias