1. Saca lo mejor de ti
Creías que no, que no eras capaz de ir y volver andando hasta el barrio ése de más allá de la vía del que sólo habías oído hablar con temor. Creías que no era posible aguantar cuatro horas sentado sobre tu pierna dormida en el suelo de un portal. Creías que nadie lograría soportar dos tardes seguidas fatigando el Ikea sin llorar. Creías que no podías aguantar la respiración durante dos minutos, y ahí va ese beso. Estás explorando tus propios límites y luego yendo un poco más allá.
2. Te descubre qué se siente haciendo un prodigio
De repente, sabes con exactitud lo que sintió Moisés cuando abría el Mar Muerto, lo de Aníbal al terminar de cruzar los Alpes en un inadecuado elefante y lo de Armstrong dando el primer paso de todos en la luna. Comparo a tu exaltado amor con cosas que arrancan porque un primer beso diferido y deseado como para llenarte de taquicardia no se acaba en ése beso, que por sí solo te haría andar sobre las aguas. El beso es un paraíso instantáneo, pero las expectativas que se abren son El Nuevo Mundo, que en ese momento tienes la certeza de que existe y que viene justo detrás.
3. Mejora tu imagen
Sales más guapo en los espejos. Sales definitivamente más guapo en sus ojos. El filtro que te ponen es capaz de sacarte bien en calzoncillos y recién levantado. Supéralo, Instagram.
4. Ahora resulta que cocinas
Y lees y ves películas en blanco y negro y compartes cosas. Compartir mientras besas mucho te atasca la cocorota de oxitocina y dopamina y eso es una cosa muy moderna y muy clásica que no te deja espacio para mucho más. Lo cuenta Delia Rodríguez en ‘Memecracia’, el libro que hay que leer incluso para estar enamorado bien. El amor es un Facebook de dos a máxima intensidad. Es lo que tradicionalmente se ha conocido como “pensar con el pito”, el círculo vicioso más típico del enamorado.
5. Las demás cosas no importan tanto
Particularmente tus fracasos amorosos previos. Si no te dieran igual en este momento de tu vida, te pararías a pensarlo, y oye.
6. La lluvia es preciosa
Si hasta el techo de tu habitación es romántico. Y con ese jersey ancho de punto, el buffet preferido de sus polillas, va provocando.
7. No necesitas tener conversación
Hablar de lo mismo no te cansa nunca. Todas las conversaciones con tus amigos están bien, pero tú tienes una mejor. No entiendes que sean tan pesimistas porque la solución a todo está chupada.
8. Te vuelves listo
Todo lo que dices está más inspirado que nunca porque rebota en esas orejas tan bonitas y provoca caras de asombro en la mejor chica que conoces.
9. Empiezas grandes obras
Qué más da que nunca vayas a terminar nada, si lo bonito son los comienzos.
10. Toda la comida te parece bien
Pizzas precocinadas, croquetas congeladas de a euro y medio. El bar más vendehummus de todos se convierte en tu restaurante favorito. Llevas un mantel y unas velas al McDonalds.
11. Flotas por la calle
Llegas más rápido a los sitios. Silbas, canturreas y bailas. Si no te pilla un coche, los trayectos a donde sea se convierten en algo divertido. Los trayectos a verla son viajes espaciales.
12. Los preliminares se multiplican
Te quedarías a vivir en los preliminares y en ese lunar.
GQ
Por Confirmado: Oriana Campos