Miles de personas, incalculables para los trabajadores del supermercado ubicado en la avenida La Limpia, atiborraron la entrada del establecimiento. Ayer, las ventas de pañales incrustaron a la población a la puerta de la cadena. Los funcionarios del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia aguantaban entre gritos y empujones de la muchedumbre en su labor por evitar la violencia y preservar el orden.
Pasadas las 11.30 de la mañana, un grupo de compradores presionó el ingreso sobrepasando la cantidad de la empresa y la oficial. Adriana Rodríguez, oficial policial, quedó atrapada en la escaramuza. El tumulto “partió la puerta. Los vidrios cayeron sobre la policía. Ella puso las manos en la cara y su brazo recibió heridas”, lamentó el personal encargado de la tienda.
Cinco puntos de sutura recibió la agente, tras el auxilio de los paramédicos de la Fundación de Servicios de Atención del Zulia, la trasladaron a un centro médico de la zona. La Guardia Nacional pidió refuerzos. A los trabajadores les ordenaron no salir del establecimiento. Ni al gerente general se le permitió el acceso.
Cuatro horas después el personal de la red privada describió la “situación de tensa”. En los pasillos las personas solo cargaban dos kilos del producto de harina de maíz. Los empaques de pañales “se acabaron”. Un grupo apuntó su interés al arroz parvorizado.
En las inmediaciones del edificio continuó la aglomeración. Gritaban a los militares y policías. Al equipo de prensa de La Verdad se le pidió no tomar las imágenes. “La gente se alborota”, reprochó un castrense. “Queremos pañales. Aquí hay mujeres con hijos buscando. Así está el país”, vociferó una joven entre las cinco primeras personas de la cola.
Muy cerca estaba una unidad de asistencia de 171. Se apostó en el estacionamiento “para dar apoyo”, refirió un paramédico. La dirección regional ordenó atender la contingencia ante la presencia de madres con niños.
Restricciones
Con el restablecimiento de ventas, los cuerpos de seguridad restringieron el paso de hombres. “Solo mujeres. Todavía no pasan hombres”, se cruzaban las órdenes entre el personal de la tienda, militares y policías.
Por Yasmín Ojeda
Laverdad.com