A una semana de los disturbios que generaron caos y el cierre de comercios en el centro de Puerto La Cruz, ayer los alrededores de la tienda Limpiatodo nuevamente fueron un espacio de “alboroto” donde a los consumidores sólo les importaba adquirir los productos que estaban vendiendo.
Frente a este negocio, ubicado en la calle del centro porteño, más de un centenar de mujeres mayores, embarazadas, y con muchachos en brazos se empujaban y gritaban en su afán de comprar leche Previo 1, compotas, lavaplatos y suavizante para ropa.
A la batalla también se sumaron hombres, quienes vociferaban improperios y exigían su puesto en la cola “porque los carajitos no tienen leche para comer”.
Según funcionarios policiales que se acercaron a la tienda para evitar que la gente entrara a la fuerza, el “despelote” se inició después de las 9:00 de la mañana, cuando la cola atravesó la calle Honduras y alcanzó hasta la Buenos Aires.
Rosa González, una señora de 64 años, caminaba a paso corto, pero con sus bolsas “bien aguantadas” por la avenida 5 de Julio.