El crudo de la OPEP cotizó el lunes a 75,71 dólares por barril, un 0,6 % más que el viernes y su valor más alto desde el 30 de octubre de 2018, informó el secretariado del grupo petrolero con sede en Viena.
El precio del barril usado como referencia por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha proseguido así la senda alcista de las últimas semanas, impulsada, según los analistas, por la vigorosa recuperación del consumo de combustibles gracias a la reactivación de la economía tras la pandemia de la covid-19.
A ese factor se ha sumado el fracaso de la OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, de acordar un aumento de su oferta petrolera para responder a la creciente demanda.
Tras varios días de negociaciones oficiosas y oficiales, la alianza OPEP+, liderada por Arabia Saudita y Rusia, pospuso ayer, por tercera vez, la videoconferencia que había convocado inicialmente para el 1 de julio.
Además, en contraste con sus encuentros anteriores, en los que cada vez se convoca el próximo, el grupo de 23 países petroleros no sabe de momento cuándo volverá a reunirse.
«La fecha de la próxima reunión se decidirá a su debido tiempo y les informaremos en su momento», indicó el secretario general de la OPEP en un breve comunicado tras el fracaso de las negociaciones, atribuido a la negativa de Emiratos Árabes Unidos (EAU) de aceptar un acuerdo preliminar para un aumento gradual del bombeo.
El resto de los socios votó a favor de la propuesta de Arabia Sauditay Rusia de incrementar las extracciones en 400.000 de barriles diarios (mbd) cada mes hasta septiembre de 2022, pero EAU condicionó su aprobación, requerida para el consenso, a que se le suba su cuota nacional.
Más caro que en 2019
La noticia dio un nuevo impulso a los «petroprecios», dado que en los mercados se esperaba el anuncio de que habrá bastante más petróleo en los próximos meses para evitar una situación tensa y un encarecimiento de la energía que ponga en riesgo la recuperación de la economía mundial.
Tanto el valor del barril del crudo Brent, que este martes se mantenía por encima de los 77 dólares, como el del petróleo intermedio de Texas (WTI), que supera los 76 dólares, están en niveles que no se veían desde octubre de 2018.
En lo que va del año, el barril de la OPEP -una «canasta» de 13 calidades de crudo, una por cada país miembro- ha cotizado a una media 64,11 dólares, un 54,6 % más que el promedio de todo 2020 (41,47 dólares), cuando los precios del petróleo se desplomaron por la crisis del coronavirus.
De mantenerse la actual tendencia alcista, se espera un considerable encarecimiento de la energía, ya que la media de este año es ligeramente mayor a la de todo 2019 (64,04 dólares).
¿Y Venezuela?
Luego de décadas ubicada entre los principales productores petroleros del mundo, Venezuela actualmente lucha por alcanzar al menos una oferta de 1.000.000 de barriles diarios, una meta que la mayoría de los analistas considera poco probable en el corto plazo.
Además, el crudo que Venezuela ofrece al mercado es una mezcla que alcanza 16 grados API, conocida como Merey que constituye el petróleo de menor valor en la cesta OPEP, cuyos barriles se pueden colocar -debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos- en unos pocos mercados asiáticos, a través de diversas maniobras logísticas.
Esta situación hace que el crudo venezolano se venda con fuertes descuentos en esos mercados y con altos costos de flete, por lo que la imposición de un impuesto a las importaciones de crudos pesados y extrapesados de refinerías privadas en China es capaz de poner en jaque a una industria estructuralmente debilitada.
Si hay fiesta de precios en la OPEP, Venezuela se beneficiaría solo marginalmente, aunque sus precarios ingresos por exportaciones mejorarían, pero de manera muy insuficiente para reactivar el poder financiero del gobierno de Nicolás Maduro.
El más reciente informe de la OPEP revela que el crudo Merey venezolano es el único que se seguía cotizando por debajo de los 50 dólares por barril en mayo, 18 dólares por debajo del promedio de la cesta de la organización de productos, una diferencial que se incrementa por los descuentos que Pdvsa debe aceptar.
Con mercados reducidos y una capacidad de producción limitada, además de presionada por la urgente necesidad de incrementar la salida de combustibles para el mercado interno y la isla de Cuba, Venezuela seguirá siendo un invitado periférico al nuevo boom de precios que muchos analistas ven cada vez más posibles.
Fuente: Banca y Negocio
Por: Maria Laura Espinoza
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