De acuerdo a un estudio de la firma Ecoanalítica, la producción petrolera venezolana «sufre una degradación» de su capacidad que, hace que se registren caídas intermensuales importantes.
Por tal motivo, «la producción petrolera venezolana se contrajo 86% entre 2014 y 2020», destacó el director de la consultora, Asdrúbal Oliveros.
A dicha situación, «se le suma la provisión de diluyentes, la falta de taladros activos y las barreras al financiamiento externo que resultan en estas caídas repentinas de la producción. ¿El resultado? Un techo (inestable) para la recuperación de la producción local», indicó.
Además, de acuerdo al informe, «cerca del 60% del crudo venezolano exportado pasa por el sistema financiero ruso, que se encarga de entregar dólares en efectivo a PDVSA».
«Pero ahora Rusia es la nación más sancionada del mundo, con gran parte de su sistema bancario congelado o expulsado del sistema financiero global, lo cual, probablemente le cause complicaciones a corto plazo al gobierno venezolano para acceder al efectivo en dólares», advierte.
Oliveros también señala que, «el país necesita US$1.062 millones para garantizar la supervivencia de su población en el contexto de emergencia humanitaria compleja. Además, debe subir su gasto social y debe us$127.2 millardos a sus acreedores tras más de 4 años de default».
Por tal motivo, reitera que «Venezuela requiere de socios extranjeros y una reinstitucionalización del sector».
A juicio del economista, «sin reformas estructurales, acuerdo político y revisión de sanciones, las alternativas para una verdadera recuperación son pocas: se necesita la reactivación de proyectos mixtos con socios occidentales, lo cual limitará la opacidad de destinos, precios y actores desconocidos».
Fuente: 2001