El informe difundido por la Organización Mundial de la Agricultura y la Alimentación en julio señala que Venezuela alcanzó el primer lugar entre los países de Suramérica con más obesidad y el segundo lugar en Latinoamérica en esa condición.
Las cifras difundidas en el Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2013, indican que 31% de los habitantes del país son obesos, lo que significa que en la región sólo es superado por México, donde 32,8% de la población padece ese problema.
Investigaciones anteriores han alertado sobre el asunto
El Estudio Nacional de Prevalencia de Sobrepeso y Obesidad, efectuado entre 2008 y 2010 por el Instituto Nacional de Nutrición, indica que 37% de los venezolanos tiene exceso de grasa. Pese a que la FAO reconoció a Venezuela por el logro de haber reducido el hambre a la mitad -oficialmente, la desnutrición ha disminuido 62%-, el problema de la obesidad no parece retroceder, con las consecuencias que trae para la salud pública por su relación con la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.
Debido a la situación, el Gobierno decidió lanzar la campaña Buen Comer para el Vivir Bien, con el trompo alimenticio como punta de lanza de un nuevo modelo de alimentación. En él se especifican los tipos de nutrientes que se deberían consumir a diario —como carnes, cereales, lácteos, hortalizas y frutas— para obtener una dieta variada y balanceada.
Sin embargo, no parece fácil para las familias venezolanas seguir esas recomendaciones oficiales. Los altos costos de los alimentos, el bajo poder adquisitivo de la población y la escasez de productos conspiran contra ese objetivo, alerta la presidenta de la Asociación Venezolana para el Estudio de la Obesidad, Imperio Brajkovich.
Precisamente, el informe de la FAO advierte que es responsabilidad de los gobiernos tomar medidas para combatir la malnutrición y que se debe prestar «una mayor atención a alimentos ricos en nutrientes como frutas, hortalizas, legumbres y a alimentos de origen animal”.
Sin acceso
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, el valor promedio de la Canasta Alimentaria Normativa alcanzó en julio los 2.779,21 bolívares mensuales, más que el salario mínimo que es ahora de 2.702,73 bolívares. Sin embargo, ese indicador está basado en la dieta promedio de los venezolanos, que incluye un alto porcentaje de carbohidratos y grasas, y no en la dieta ideal cuyos componentes pueden hacer aún más costoso un mercado.
Para los expertos, es paradójico que se hagan esfuerzos en la regulación de alimentos con alto contenido de grasas y carbohidratos, mientras se descuidan renglones como frutas y vegetales. Nixa Martínez, presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela, asegura que el venezolano está obligado a comer lo que puede y no lo que necesita.
La distorsión en el mercado lo lleva a priorizar la compra de ingredientes con muchas calorías, regulados y más económicos, pero altos en grasas y azúcares, y a evitar las frutas y verduras, por lo costosas, apunta Maritza Landaeta, presidenta del capítulo venezolano de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición. “Ahora es frecuente encontrar niños, adolescentes y adultos malnutridos, con exceso de peso, pero con déficit nutricional, por tener una alimentación desequilibrada, en la que comen siempre lo mismo e ingieren una cantidad muy baja en vegetales”, explica.
Fuente: EN