Ya se acaba el primer semestre del año, y toca hacer un corte en cuanto a las métricas de consumo. Obviamente, se ha producido una desaceleración producto de diversas variables, y no puede preverse de modo cartesiano cómo se comportará el segundo semestre, bajo la influencia de la petrolera Chevron en la economía.
El año pasado tuvo una cara de aparente opulencia. Más de 200 restaurantes de lujo fueron abiertos, y a esta hora muchos de ellos dejaron de existir. Caso emblemático es el del restaurante flotante Altum, que era sostenido por una polea a 50 metros de altura, y donde se servían los más suculentos manjares.
En resumen, en 2022 se produjo una especie de ilusión óptica, una burbuja de consumo, que tiende a esfumarse en el aire este año como una pompa de jabón.
El Nacional