Todas las mañanas y al final de la tarde se reúnen en la puerta o al frente de la Duncan en la avenida Bolívar de Puerto La Cruz. Son dueños de vehículos que necesitan adquirir una batería a precios regulados.
El chofer de línea Ronny Cedeño, propietario de un Chevrolet Caprice, dijo que lleva 14 días acudiendo a diario. Hasta ha pernoctado en los alrededores.
“Les hemos pagado a los policías para que nos den una vuelta y nos resguarden”.
El desempleado Raúl Salas, quien tiene un Hyundai Getz, explicó que entre ellos mismos se organizaron e hicieron listados.
“Queremos que respeten la lista. Llega la policía o la guardia y a ellos les venden primero. Hasta hemos pernoctado aquí. Tenemos 14 días en esto”.
El médico Juan Marcano, propietario de un Century, explicó que desde hace dos semanas hay cuatro listados, con 40 inscritos y un responsable por cada uno.
El que falte tres veces es sacado y un nuevo cliente ocupa su puesto.
El trabajador de la industria petrolera Camil García, quien necesita cambiar el acumulador de su Chevrolet Aveo, manifestó que ha tenido que pedir permiso varias veces en su trabajo para “decir presente” dos veces al día. “El problema es que no hay seguridad de que a uno le vendan una batería”.
El gerente del establecimiento había salido ayer en la mañana, pero un empleado que pidió no ser identificado, dijo que esta semana no ha llegado baterías.
A las puertas del local estaba la fila de carros identificados con la fecha 2/2/15 y un número. Son los de la primera lista que iban a atender el lunes, cuando estaba previsto que llegara el camión con los acumuladores.
160 clientes
están anotados en cuatro listas, hechas por ellos mismos afuera de la Duncan.
8.000 bolívares
le querían cobrar al trabajador de la industria petrolera Camil García, por una batería que vale Bs 2 mil.
William Ríos
Fuente El Tiempo
