Con esta decisión del Senado, Uruguay se convierte en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia mediante una ley aprobada por el Poder Legislativo
La Cámara de Senadores de Uruguay aprobó este miércoles 15 de octubre el proyecto de ley de Muerte Digna, y se convirtió en el tercer país de Suramérica en legalizar la eutanasia y el primero en hacerlo por vía legislativa.
Tras más de 10 horas de debate, todos los legisladores del oficialista Frente Amplio se expresaron a favor de esta iniciativa, así como también lo hicieron algunos de los opositores del Partido Colorado y del Partido Nacional.
El proyecto aprobado actual busca garantizar el derecho a «transcurrir dignamente el proceso de morir», mediante la despenalización de la eutanasia en los mayores de edad psíquicamente aptos que atraviesen la etapa terminal de enfermedades incurables e irreversibles o que padezcan por ellas sufrimientos insoportables.
Primer país por vía legislativa
Uruguay se convirtió en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia mediante una ley aprobada por el poder legislativo, tras ratificar el proyecto de Muerte Digna en el Senado. Antes de ello, ya había avanzado en la Cámara de Representantes, donde obtuvo media sanción con 64 votos a favor y 29 en contra.
Sin embargo, Uruguay no es el primer país latinoamericano en que la eutanasia o la muerte asistida han tenido reconocimiento legal o judicial. En Colombia, la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia en 1997, y en 2022 amplió algunas condiciones para su aplicación. Por su parte, en Ecuador, en 2024 la Corte Constitucional decidió despenalizar la eutanasia para pacientes con sufrimiento extremo causado por enfermedades irreversibles o condiciones incurables, ordenando al Congreso que regule su aplicación.
Aun así, estos reconocimientos judiciales no siempre se traducen en leyes detalladas que regulen el proceso, los controles médicos, consentimientos y límites. Uruguay ahora está abriendo un camino distinto: legalizar mediante legislación la eutanasia, lo que le permitiría establecer criterios claros, comisiones médicas, protección legal y barreras para evitar abusos. En ese sentido, Uruguay redefiniría el panorama latinoamericano sobre el derecho a morir con dignidad.