Hace un mes, las autoridades de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) se alarmaron al enterarse de que una estudiante de Ciencias Sociales fue secuestrada en pleno mediodía, dentro del campus, y obligada a llevar a los delincuentes hasta su casa, donde robaron algunos artículos de valor.
La situación obligó a la comunidad universitaria a revisar las medidas de seguridad interna, al igual que han tenido que hacerlo otras casas de estudio superior, que también han sufrido los embates de la delincuencia capitalina y que han adoptado medidas radicales para disminuir los índices delictivos en sus campus.
«En la UCAB hemos tenido un año muy bueno en cuanto a seguridad se refiere. Ese fue un caso muy puntual y a partir de ahí, decidimos reforzar los controles internos, e incorporando más oficiales de seguridad», explicó Rafael Hernández, vice rector Administrativo de la UCAB.
El vocero considera que, en comparación con los niveles de violencia de Caracas, la comunidad ucabista aún mantiene un clima de seguridad óptimo y así lo expresaron algunos de los estudiantes.
«Para todo lo que pasa en Venezuela, dentro de la universidad todavía nos podemos sentir seguros. Que se roben un reproductor es nada», expresó Kariandry Gouveia, estudiante de la UCAB.
Cooperación policial
Las casas de estudio consideran que es necesario una mayor cooperación con las policías municipales, sobre todo en los accesos a los campus.
«Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo con el equipo de seguridad interna y logramos reducir al mínimo los robos y hurtos de vehículo y a los estudiantes. Desmantelamos una banda que utilizaba tickets del estacionamiento para robarse carros», explicó Carlos Enrique Peña, vice rector académico de la Universidad Santa María.
Peña advirtió que el punto neurálgico de esa casa de estudios son las unidades de transporte público que cubren la ruta desde La California y El Marqués. Sin embargo, expresó que el hecho de que muchos funcionarios policiales estudien en la USM les ha servido para tener la cooperación de los cuerpos de seguridad.
«Con el uso de los detectores de metales tenemos un poco más de control. También les prohibimos a los conductores que desvíen la ruta, porque tienen la amenaza de que les podemos retirar la concesión, pero es necesaria la colaboración de los estudiantes, que se molestan cuando les piden el carnet o una identificación», comentó.
En el caso de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Daniel Rivero, jefe de seguridad, indicó que la colocación de cámaras en las entradas del campus ha servido para controlar los ingresos, pero señaló que es crítico el ingreso de motorizados al Hospital Clínico Universitario, que depende del Ministerio de Salud. «Tenemos una deficiencia de personal, pero hemos trabajado en erradicar el consumo de drogas en ‘tierra de nadie’ y los robos de carros en los estacionamientos», dijo.
Fuente: EU