La informalidad y los gestos campechanos del Papa Francisco ya son una marca indiscutible de su pontificado. Se sabe que cuando puede se sale del protocolo para saludar y besar a los fieles que se acercan a la Plaza San Pedro del Vaticano, y que eligió vivir en la residencia Santa Marta, con otros religiosos, en lugar del lujoso departamento pontificio que le estaba reservado. Ahora surgió otra anécdota: le dio una silla y algo de comer a uno de los guardias suizos que se encargan de su custodia, quien había pasado toda la noche de pie frente a su departamento.
La noticia rebotó ayer en varios medios italianos y extranjeros, aunque hacía casi un mes había aparecido en blogs y redes sociales de Italia y del mundo católico.
Los detalles de la escena varían levemente según los distintos medios, y no está clara la fecha, pero fuentes vaticanas confirmaron a Clarín que el hecho ocurrió, posiblemente pocos días después de ser elegido Papa, el 13 de marzo.
Cuando Jorge Bergoglio salió de su departamento en la residencia Santa Marta, se encontró con un guardia suizo custodiando la puerta. Le preguntó entonces si había estado allí despierto toda la noche y la respuesta fue “sí”.
Diarios locales reprodujeron la siguiente conversación: –“¿De pie? ¿No está cansado?”, preguntó Francisco.
–“Es mi deber, Su Santidad, por su seguridad”, respondió, intimidado, el guardia.
El Sumo Pontífice regresó a su departamento.
Minutos más tarde volvió, cargando una silla.
“Al menos siéntese y descanse”, le pidió al guardia, quien, sorprendido, respondió: “Lo siento, pero no puedo. Las reglas no lo permiten”.
“¿Las reglas?”, preguntó Francisco. “¿Ah, sí? Bueno, yo soy el Papa y le pido que se siente”, insistió.
El guardia finalmente hizo caso. El Pontífice, según las fuentes, volvió a entrar a su departamento y le llevó algo de comer y tomar.
Algunas versiones señalan que el Papa le acercó un sandwich de jamón. La presentadora de la noticia en el canal de TV italiano Mediaset habló de “una rebanada de pan con mermelada”. Otra fuente, consultada por Clarín, dijo que Bergoglio le llevó una medialuna y un vaso de jugo. Y lo saludó con un “buen apetito, hermano”.
Fuente: El Clarín
