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Una nueva adaptación de Oficina N°1 llega al Centro Cultural Chacao

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Una nueva adaptación de Oficina N°1 llega al Centro Cultural Chacao

La última vez que Rajatabla presentó una adaptación de Oficina n°1 fue en 1992. Su fundador, Carlos Giménez, fue el encargado de dirigir aquel montaje basado en la novela de Miguel Otero Silva. Ahora, para conmemorar los 30 años de aquella puesta en escena, el director Eduardo Viloria Díaz realiza una nueva versión de la obra que dio continuidad a Casas muertas.

 

 

«Este es un montaje totalmente nuevo, porque nadie tiene la grandeza de Carlos Giménez», dice Viloria Díaz, fundador de Teatro del Buenpaso.

 

 

Oficina n°1 narra el nacimiento de un campo petrolero en torno al pozo Oficina Nº 1, primero del oriente de Venezuela. La novela sigue la transformación del pozo en un pueblo petrolero, que en la vida real corresponde a la ciudad de El Tigre, y su desarrollo anárquico. El nuevo montaje es una coproducción de Rajatabla y Teatro del Buenpaso que se presentará del 4 al 27 de febrero en el Centro Cultural Chacao.

 

 

La planificación del montaje comenzó a principios del año pasado; sin embargo, no fue hasta junio que se dieron las primeras reuniones con los actores. En diciembre empezaron los ensayos. El elenco de Oficina n°1 está conformado por 41 intérpretes, que siempre están en escena. «Este montaje tiene la peculiaridad de que reúne a personas que estuvieron en las tablas en Rajatabla en los años 70, como Benigno Acuña, Gonzalo Velutini, o de los 80, como Gerardo Longo. Es un grupo inmenso», detalla el director.

 

 

Entre los actores que conforman el elenco de Oficina n°1 están: Jennifer Flores, Gonzalo Velutini, Gerardo Luongo Zoppi, Grecia Augusta, Nathaly Ordaz, Nelson Lehmann, Javier González, Verónica Meneses, Vittorino Leal, Egon Ilka, William Cuao, Bárbara Arez, Jaqueline Rosas, entre muchos más.

 

 

Viloria Diaz considera que es un despliegue ambicioso y complicado por las características que tienen las obras actualmente, que son reducidas en cuanto al número de actores. «Nosotros nos caracterizamos por afrontar proyectos con un nutrido elenco», indica.

 

 

Para el director de teatro el texto de Oficina n°1 se mantiene muy vigente. Basta con leer las primeras páginas de la novela. «La maravillosa obra de Miguel Otero Silva se puede adaptar al momento histórico que viva Venezuela y, quizá, no solo de Venezuela sino del resto de Latinoamérica, porque así como tenemos un mismo origen común, hemos tenido un desarrollo en el tiempo igualmente parecido», señala.

 

 

«Pareciera que por ciclos de cinco o siete años se vienen repitiendo exactamente los mismos vicios, la misma confrontación del ser humano, el mismo sometimiento del individuo, cómo está presente la lucha por los intereses de los trabajadores, la lucha por la opresión política, las carencias económicas, las carencias de educación y moral», agrega.

 

 

El contexto histórico de la novela es importante para el director de teatro, pues considera que es fundamental tener presente la historia más allá del dicho que dice “el que no conoce su historia está condenado a repetirla”. “Para mí es indispensable conocer todos esos componentes e ingredientes que nos han conformado como sociedad. Creo que la gran deuda que tenemos es que olvidamos mirarnos, comprendernos y aprender a identificar todo aquello que llevamos encima”.

 

 

Por eso, durante las semanas que Oficina n°1 esté en el Centro Cultural Chacao, se realizarán una serie de foros gratuitos en los que se hablará sobre cómo el petróleo es el gran arquitecto y diseñador de la venezolanidad, especialmente en los últimos 50 años. “Vamos a tener actividades en las que intelectuales analizarán obras literarias vinculadas al petróleo, también hablarán sobre cómo el cine ha retratado al petróleo en nuestro país a lo largo del tiempo, cómo la música ha sido influenciada por el petróleo y, cómo el petróleo transformó nuestra forma de ver la vida y de cómo vivirla”, detalla Viloria Díaz.

 

 

Sobre las expectativas, Viloria Díaz considera que el ejercicio de crear es egoísta; sin embargo, al entregarlo al público es este el que tendrá la libertad de darle el valor de la pieza y al trabajo de los actores. “Para mí, así como me gusta crear en libertad, considero que la apreciación del público tiene que estar absolutamente sometida a la libertad”, dice.

 

 

El aforo en Centro Cultural Chacao será reducido, menos de la mitad de su capacidad, dice el director. Añade que el recinto cuenta con todas las medidas de bioseguridad como desinfección y toma de temperatura. Los asistentes no se podrán quitar el cubrebocas.

 

 

Aunque desde el año pasado los cines y teatros retomaron sus actividades, aún hay personas que tienen temor a acudir a espacios cerrados, como salas de cines y teatros. Ante esta situación, Viloria Díaz considera que la sociedad venezolana es un poco doble moral, pues mientras los cines, teatros, galerías y museos están vacíos, los bares y tascas están repletos. “Creo que es un poco absurdo la estigmatización esté en el sector que está más desasistido y que precisamente es el que más otorga herramientas para la reflexión”, afirma.

 

 

Por ahora, Oficina n°1 sólo se presentará en el Centro Cultural Chacao, pero Viloria Díaz dice que desean extender la temporada. “Es un montaje bastante costoso que estamos financiando solo nosotros, no contamos con patrocinio de entes gubernamentales ni de la empresa privada. No lo digo como queja, lo hacemos con mucho orgullo, a pulmón, con mucho esfuerzo”, finaliza Viloria Díaz.

 

 

Fuente: El Nacional

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