El Ministerio Público comisionó este miércoles a los fiscales 91 nacional con competencia en materia indígena y 10° del primer circuito del estado Bolívar, Robaldo Cortez y Enrique Yánez para investigar las muertes de dos adolescentes, identificados como Josefina Teresa Torres, de 15 años y Rubén Luis Ramos, de 12 años, así como la niña Ramona Elinda Torres, quienes activaron de forma accidental una granada en una vivienda de la población de Caicara del Orinoco, estado Bolívar.
Según fuentes policiales el hecho se registró a las 5:00pm de este lunes, cuando los jóvenes, pertenecientes a la comunidad indígena Eñape, jugaban con el artefacto explosivo. Uno de ellos desprendió la espoleta y lo activo. Ellos murieron por las graves heridas ocasionadas por las esquilas de la granada. En el hecho también resultaron lesionadas una niña de 8 años y una mujer de 19 años, de nombre Juana Torres Lusiani, quienes se encontraban en los alrededores del inmueble y la onda expansiva las tumbó. Ambas fueron trasladadas al hospital Arnoldo Gabaldón de esa población y su estado de salud es delicado.
Una comisión del Cicpc inició las averiguaciones para determinar la procedencia del artefacto. Los agentes manejan dos hipótesis, una de ellas es que el explosivo pertenece a una de las bandas delictivas que mantiene azotada a la comunidad y al sector minero. También presumen que la granada provino de algún depósito de armas y explosivos que se encuentra en la zona y que es manejado por una organización sindical.
Fernando Pereira, coordinador de Cecodap, indicó que durante el año 2016 hubo 4 menores de edad que murieron por la manipulación accidental de un explosivo, lo que significa un aumento de 75% respecto al año pasado cuando solo se contabilizó un caso en el país. El informe numérico que maneja la organización también da cuenta que de enero a noviembre de este año 26 niños y adolescente fallecieron mientras jugaban con un arma de fuego. Uno de los casos más recientes fue el de una muchacha de 17 años que recibió un tiro en la frente, cuando un amigo le mostraba a otro una pistola en una casa del sector El Cementerio. El homicida se dio a la fuga.
La mayoría de los fallecimientos documentados por la ONG se registraron en viviendas y en la ausencia de sus representantes.
Para Pereira los cuerpos de seguridad deberían abrir una investigación destinada a averiguar cómo llega este tipo de instrumento bélico a manos de niños y adolescentes, cuando debería estar en poder de la Fuerza Armada Nacional. “Además se supone que por ser una comunidad indígena, esa área debería estar controlada por militares que garanticen seguridad a sus pobladores”, dijo.
Los adolescentes corren más riesgo de morir en estas circunstancias porque son más osados, no miden el peligro, ni las consecuencias. “Ellos tienen la idea de que nada malo les va a pasar, y por ende retan a la autoridad, tienen la necesidad de demostrar quién es más fuerte, quién se atreve a hacerlo, y por ello, surge este tipo de incidentes”.
Cifra destacada
90% de las víctimas por disparo accidental y estallidos de granada son varones, según datos de Cecodap
EN