El buen tiempo y las altas temperaturas propias del verano hacen que proliferen los insectos y que aumenten las picaduras de arañas, mosquitos, avispas, tábanos o abejas, entre otros. Éstas no suelen ser peligrosas y rara vez provocan una reacción alérgica grave, sin embargo, sí pueden llegar a ser verdaderamente molestas.
Aunque los insectos pueden picar a cualquier persona, los niños tienen más posibilidades de padecerlas. Para evitarlas es fundamental no molestar a los insectos y utilizar repelentes contra ellos. Además, podemos cubrir la piel con ropa y evitar comer en espacios abiertos porque la comida atrae a los bichos. Por otro lado, si este verano el destino vacacional incluye países de Asia, Indonesia, África o América Latina conviene visitar un centro especializado en medicina del viajero para comprobar que tenemos las vacunas necesarias y recibir las recomendaciones oportunas antes de viajar.
Atento a cada picadura
Desde la web Familia y Salud de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria explican los diferentes tipos de picaduras que pueden recibir los niños y cómo habría que actuar en los principales casos ante insectos (moscas, mosquitos, tábanos, pulgas, chinches, avispas y abejas), arácnidos (arañas y escorpiones) y animales marinos.
Insectos
El pediatra Antonio García Suárez, del Centro de Salud de Fuente de Cantos, en Fuente de Cantos (Badajoz), explica en esta web las lesiones que producen los insectos y los divide en:
Mosca, mosquito y tábano: estos tres insectos atacan en las zonas descubiertas de la piel y provocan que aparezcan pequeñas pupas que pican y que suelen estar juntas. García Suárez indica que a veces se forman vesículas y ampollas. “Si la picadura se produce en párpados o labios puede hincharse mucho. En los niños con alergia a las picaduras pueden tener gran hinchazón”, añade.
Pulgas: las pulgas viven en el pelo de otros animales y la picadura provoca pupas en grupos o filas en las zonas de los brazos, piernas y nalgas.
Chinches: viven en colchones, almohadas y muebles viejos. Pican por la noche ocasionando lesiones pruriginosas en zigzag.
Avispas, abejas y abejorros: estas picaduras suelen ser de las más molestas ya que al inocular el veneno producen reacciones locales dolorosas en la zona. Las avispas pueden picar varias veces con el mismo aguijón; las abejas mueren al incrustarlo en la piel. Hay que prestar cuidado si pican en el cuello o la zona ocular, hay múltiples picaduras o se producen en niños sensibilizados.
Orugas: por último, en el caso de las orugas se producen por contacto directo o por penetración de sus pelos en la piel lesiones papulares agrupadas, que pican mucho.
Respecto a la mejor manera de prevenir la picadura, el experto insiste en aplicar repelentes en la piel y en la ropa. “Los niños sensibilizados a las picaduras de avispas y abejas deben seguir estas recomendaciones: no acercarse a panales, no hacer movimientos bruscos, no caminar descalzos, evitar ropas de colores, brillantes o llamativas ni utilizar olores intensos (colonias, jabones o cosméticos)”, concluye.
¿Y si nos pican? En estos casos hay que lavar la piel con agua y jabón y en las picaduras por orugas por penetración de sus pelos, retirarlos con esparadrapo.
Si la reacción es intensa el especialista recomienda poner una crema de corticoides y tomar un antihistamínico oral para calmar la inflamación y el picor y advierte que no hay que dar antihistamínicos en crema, ya que pueden producir erupciones cutáneas con la luz solar.
Además, si se produce sobreinfección por el rascado hay que aplicar una pomada antibiótica.
Por otro lado, en las picaduras de avispas y abejas hay que sacar el aguijón con pinzas o por rascado, no apretar la piel y poner frío local.
“En los niños sensibilizados a la picadura de avispas y abejas se debe tener a mano adrenalina autoinyectable y los padres deben estar instruidos en su uso”, apostilla.
Arácnidos
Estas picaduras son menos frecuentes que las de los insectos. Las más comunes son de escorpiones y arañas.
Escorpiones: la mayoría de las especies de nuestro medio producen una reacción local dolorosa. “Sólo el escorpión amarillo y el negro pueden producir reacciones generalizadas como fiebre, cefalea y vómitos”, explica.
Araña: produce pequeñas lesiones habonosas y pruriginosas.
Al igual que con los insectos, cuando tenemos una picadura por escorpión o araña tenemos que lavar la piel con agua y jabón prestando especial cuidado a no romper la ampolla.
A continuación tendremos que aplicar frío local ya que provoca un efecto antiinflamatorio y analgésico y disminuye la absorción del veneno.
“Si los síntomas son intensos o existe dolor hay que tomar un antihistamínico oral y un analgésico tipo paracetamol”, especifica García Suárez.
Animales marinos
Por último, cuando veraneamos en zonas marítimas también podemos sufrir picaduras de especies acuáticas, principalmente de las medusas y del pez araña.
Medusas: las temidas medusas provocan habones pruriginosos en forma lineal (“en latigazos”) y sensación de quemazón.
“Cuando nos piquen debemos lavar la herida sin frotar con agua salada o suero fisiológico y retirar los restos. Si la reacción es grande habrá que aplicar una crema de corticoides y si sentimos quemazón podemos ingerir un analgésico tipo paracetamol”, recomienda.
Pez araña de mar: el pez araña de mar está semienterrado en la arena y pica al pisar descalzos sobre ella dando lugar a reacciones intensas con edema de partes blandas y mucho dolor y picor. A veces produce reacciones sistémicas con náuseas y vómitos.
“Hay que lavar la herida con agua salada o suero fisiológico y sumergir el miembro en agua caliente (45º) entre 30 y90 minutos, con el fin de destruir el veneno”, apostilla García Suárez antes de recomendar acudir al médico frente a esta picadura.
Por confirmado: MariGonz
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