La artista australiana Jodi Rose ha viajado por todo el mundo en los últimos años recolectando y grabando las vibraciones de los puentes -usando micrófonos especiales- con el fin de hacer música experimental. Rose ha conocido muchas de estas estructuras, pero solo una, Le Pont du Diable (El puente del Diablo), en el sur de Francia, le robó el corazón a tal punto que decidió casarse con ella
El puente tiene 600 años y fue construido en piedra en la localidad de Ceret. «Me hace sentir conectada al mundo y me ofrece un descanso en medio de mis eternas errancias nómadas. Me da un albergue seguro, me pone los pies sobre la tierra y luego me deja volar y seguir mi propio camino», dijo Rose en una entrevista reciente.
La boda se llevó a cabo hace unos días en una ceremonia que incluyó pétalos de flores, brindis y muchos «amigos» de la pareja. Como Rose lo afirmó, el puente es el marido perfecto para ella: «Fuerte y silencioso».