Se tragó una lombriz solitaria, se pegó una sanguijuela en el brazo e intentó infectarse con piojos. Todo por la ciencia.
El médico británico Michael Mosley tuvo estos parásitos en su cuerpo durante varias semanas y no sintió efectos negativos.
Sus muestras de heces servirán para que científicos estudien signos tempranos de infección parasitaria.
Mosley empezó tragando tres larvas que obtuvo de ganado infectado en Kenia. Semanas más tarde, se tragó una “cámara píldora” que viajó por su sistema digestivo y transmitió en vivo las imágenes a su iPad.
Así fue como descubrió que en las paredes de su intestino había tres lombrices –”trillizos”, dice- de cerca de un metro de largo.
“La primera vez que las vi estaba en un restaurante indio y grité ‘¡caramba! ¡Tengo una solitaria!’ Los otros comensales me miraron con mucha sorpresa”, cuenta el doctor.
“Estaba encantado, pero al mismo tiempo era algo horrible. Mi esposa no estaba muy convencida con la idea, pero le dije que no se preocupara porque esta solitaria en particular era relativamente inocua”.
Hasta 10 metros
Al tragar esta cámara píldora, Mosley pudo monitorear lo que pasaba dentro de su cuerpo.
La solitaria de carne de res, Taenia saginata, se transmite de vacas a seres humanos a través del producto infectado.
Puede llegar a crecer en el intestino hasta diez metros y se reproduce pasando los huevos en las heces.
Con frecuencia esta lombriz es asintomática, y Mosley no sufrió grandes efectos más allá de aumentar de peso cerca de un kilo.
“Pudo haber sido que el parásito aumentó mi apetito. Comí mucho chocolate”, explica. “Así que cualquiera que esté pensando en meterse parásitos para bajar de peso, debe pensarlo dos veces”.
Si bien esta idea puede parecer absurda, cada vez existen más evidencias sobre los posibles beneficios a la salud que los parásitos pueden ofrecer en determinados casos.
Se han considerado como tratamientos para las alergias y enfermedades auto inmunes, pues pareciera que disminuyen las respuestas inflamatorias del cuerpo.
Al documentar su experiencia, Mosley espera ayudar a científicos de la Universidad de Salford, en Reino Unido, quienes investigan signos tempranos de infección de parásitos.
“Existen otros tipos de lombrices que pueden ser muy malos para los humanos, especialmente el del cerdo, que puede llegar al cerebro y los ojos y causar quistes”, señaló el doctor.
Sangre por todas partes
Esta sanguijuela se sintió muy cómoda en el brazo de Mosley.
Si los científicos pueden detectar estos síntomas tempranos de infección, podrán tratar a los pacientes.
Actualmente -en la mayoría de los casos- la primera pista de que una persona está infectada aparece muy tarde, cuando las lombrices ya pasan los huevos en las heces.
Mosley también intentó infectarse con piojos, pero fue un fracaso.
Sin embargo, la sanguijuela que se puso en el brazo se sintió como en casa.
“(Los expertos) me dijeron que tomó ocho veces su peso en sangre. Había sangre por todas partes cuando me la quité”, cuenta el presentador.
Desde su punto de vista, Mosley “no recomendaría comprar algo en internet para infectarse uno mismo. Quién sabe dónde ha estado”.
Fuente: BBC