Quizás el número tres del régimen (degradado) pensaba que un tweet en su cuenta personal es tan valioso como para completar los 247 dólares que necesitan los docentes para poder cubrir la canasta básica de este mes en el que se celebra su día.
“Feliz día para todas las maestras y maestros de la patria, imborrables sus recuerdos”, escribió, con todo el sarcasmo del mundo, porque es imposible que no sepa que en promedio un docente cobra mensualmente 3 dólares, con lo que no le alcanza ni para comprar pan.
Pero más cinismo demostró el otrora luchador sindical (ya se le olvidó) porque de acuerdo con él, la culpa de que los maestros ganen apenas 3 dólares mensuales es de la Asamblea Nacional legítima y de las sanciones.
Por supuesto que ya los maestros están cansados de gritar a los cuatro vientos la terrible situación que enfrentan. Muchos afirman que se sienten como indigentes… y no es una exageración. Han tenido que ingeniárselas para hacer otros trabajos; se convierten en vendedores informales, hacen comida para vender y los que más suerte tienen dan clases privadas. Pero con todo y eso, no les alcanza.
Lo más increíble, y los que los hace héroes, es que durante todo este tiempo la mayoría ha insistido en ejercer su profesión a pesar de todos los obstáculos. Sin embargo, ya la situación está al límite. Muchos no pueden ni pagar el transporte para dirigirse a los planteles ni cubrir los gastos de alimentación, aunque asuman dos o tres trabajos.
Ya comienza a contabilizarse en las regiones la ausencia de docentes en las escuelas, que en algunos casos llega a 90%. A esto se le suma que la pandemia ha hecho que las autoridades rojitas vendan la idea de las clases virtuales, aunque todos saben que es una tarea imposible. Muchos maestros carecen de conexión con Internet (por culpa de Cantv) o ni siquiera teléfonos con suficiente capacidad para manejar los programas necesarios. Nada de eso lo financia el régimen, por supuesto.
¿Quiénes son los más afectados? Los “niños de la patria”, esos que dicen defender. Se quedan sin maestros y sin escuelas. Se quedan sin educación y son presa de las bandas de maleantes que proliferan impunemente. Nadie les dice a los muchachos que para conseguir el dinero a través del delito arriesgan su vida, porque no hay maestros y a veces ni familia que los apoyen.
Lo que hace el régimen es eliminar el futuro de Venezuela de raíz y ni siquiera es capaz de reconocer su responsabilidad en tan tremendo crimen.
Editorial de El Nacional
