En la imagen, un grupo de personas donde testigos dijeron que un hombre fue detenido en Macerata, Italia, el 3 de feberro de 2018, sacada de un vídeo de redes sociales.
Un hombre abrió fuego contra transeúntes el sábado en Macerata, en el centro de Italia, e hirió a varios inmigrantes de origen africano, informó la policía, en un ataque que tendría motivaciones racistas.
El tiroteo ocurrió a sólo días de que se descubrieran los restos despedazados de una mujer italiana de 18 años, Pamela Mastropietro, en dos maletas cerca de Macerata. Se arrestó a un inmigrante nigeriano de 29 años en relación con el crimen.
Medios locales dijeron que al menos seis inmigrantes fueron tiroteados por un hombre que conducía por la ciudad, ubicada a unos 200 kilómetros al este de Roma, y que disparó desde la ventana de su coche.
“Disparos en Macerata. Personas heridas. Operación policial en curso (…), evitar lugares abiertos”, dijo la policía local en Twitter. Poco después, las autoridades informaron de que se arrestó a un hombre, que según el canal estatal Rai sería un hombre italiano blanco de Macerata.
El diario Corriere della Sera publicó en su sitio web que un hombre disparó desde su coche a dos jóvenes africanos poco después de las 11 a.m. hora local (1000 GMT) del sábado, hiriendo a uno de ellos. Poco después, otros dos migrantes, entre ellos a una mujer, fueron tiroteados.
Políticos de extrema derecha están usando el caso de la adolescente Mastropietro para promover su mensaje contra los inmigrantes antes de las elecciones nacionales del 4 de marzo.
Una autopsia preliminar de los restos de la joven no estableció la causa de su muerte. El sospechoso nigeriano, a quien se le negó asilo el año pasado pero que se quedó en Italia, se ha negado a hablar con la policía.
“¿Qué seguía haciendo ese gusano en Italia?”, escribió en Facebook Matteo Salvini, líder del partido político de extrema derecha Liga Norte (Lega Nord), acusando al gobierno de centro izquierda de la muerte de Mastropietro por permitir la permanencia de inmigrantes en el país. “La izquierda tiene sangre en las manos”.
Reuters